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Ideas económicas: evolución del consenso entre profesionales

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Foto: Getty Images

OPINIÓN

Estamos en presencia de un incremento en los niveles de consenso entre economistas que no es ajeno a la evolución en algunas de sus ideas predominantes.

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Let´s agree to disagree
es una fantástica expresión que refleja un debate donde los oponentes no pueden ponerse de acuerdo sobre el fondo de alguna cuestión (disagree) y simplemente coinciden en diagnosticar este diferendo (agree). En el mundo de las ideas económicas, a veces parecería ser esta la situación. Sin embargo, no es tan así. Las diferencias entre los profesionales de la Economía son sensiblemente menores que lo que se suele percibir. Hay temas saldados hace tiempo y otros en los que el consenso ha ido evolucionando.

Desde 1976 existen análisis sistemáticos del nivel de acuerdo profesional. El último de ellos, con autoría de Doris Geide y Alvaro La Parra, es de diciembre de 2021 y lleva por título “Consensus among economists 2020–a sharpening of the picture”. Es interesante destacar que el estudio original de los ´70 se titulaba “A confusion of economists”.

Los primeros trabajos (´70 y ´90) mostraron un alto grado de consenso en afirmaciones microeconómicas de economía positiva (el ser de las cosas), con niveles de desacuerdo mucho mayores en temas macroeconómicos y normativos (como las cosas deberían ser). No es extraño entonces la confusión pública, los temas que suelen ser de mayor interés general era donde había mayores discrepancias profesionales.

Todos estos trabajos están basados en encuestas a economistas asociados al American Economic Association. Los cuestionarios consisten en afirmaciones a las que se debe indicar si se está de acuerdo, si se está de acuerdo con salvedades, o si se está en desacuerdo.

En el último estudio el nivel de consenso profesional norteamericano fue categorizado en tres posibles niveles: fuerte, sustancial o moderado. Dentro de las proposiciones incorporadas por primera vez, se encuentra un fuerte consenso en que la inmigración tiene un impacto neto positivo para la economía de los Estados Unidos (3% en desacuerdo), que el cambio climático representa un riesgo importante (14% en desacuerdo), que trabajar sobre los sesgos de individuos e instituciones debería redundar en mejoras en equidad y en eficiencia (10% desacuerdo) y que el bienestar económico aumentaría con cobertura de salud universal (12% desacuerdo).

En cambio, el nivel de consenso se encontró en el nivel más bajo (moderado) en cuanto a si existen disyuntivas entre el bienestar económico y las medidas sanitarias a propósito de la pandemia (54% de acuerdo, 24% en acuerdo con salvedades y 22% en desacuerdo), y en cuanto a si las oportunidades para la movilidad social son suficientes en Estados Unidos (18% de acuerdo, 30% en acuerdo con salvedades y 52% en desacuerdo).

Entre el 2011 y el 2020 hubo un aumento en el nivel de acuerdo profesional. De 37 proposiciones comunes a ambos estudios, en 2011 hubo fuerte consenso solo en 5, mientras que en 2020 el fuerte consenso se dio en 11.

Dentro de los consensos del 2011 y 2020 hay afirmaciones sobre la conveniencia de tipos de cambio flexibles (2% desacuerdo), que los aranceles y cuotas de importación reducen el bienestar económico (5% desacuerdo) y que el presupuesto federal debe ser equilibrado a lo largo del ciclo económico y no anualmente (menos de 10% en desacuerdo). También hay consenso en que es falso afirmar que la distribución del ingreso y la riqueza tienen bajo o nulo impacto en la estabilidad y crecimiento económico.

Por otro lado, hubo cambios en los niveles de acuerdo profesional. Aumentó el consenso (de sustancial a fuerte) en cuanto al potencial reactivador de la economía de rebajas impositivas e incrementos del gasto (desacuerdo pasó del 19% al 6%) y que la política fiscal adecuadamente diseñada aumenta la inversión y el crecimiento de largo plazo. Subió también el consenso en que la distribución del ingreso debería ser más equitativa (desacuerdo bajando de 23% a 14%) y que las leyes de competencia antimonopólicas deben aplicarse estrictamente (desacuerdo pasó de 13% a 7%).

Asimismo, bajó el consenso (de sustancial a moderado) sobre el impacto adverso del déficit presupuestal federal (acuerdo pasó de 75% a 61%) mientras que se mantuvo el nivel de consenso en un nivel moderado (pero cambiando de acuerdo a desacuerdo) sobre la conveniencia de reducir el nivel de gasto público en relación con el PIB. La misma situación de consenso estable moderado, pero con cambio en la dirección de éste, se da en relación al aliento a la inversión que generaría bajar la tasa impositiva a las ganancias de capital (inclinado hacia el desacuerdo en el 2020).

Finalmente, una proposición que ha venido siendo consistentemente evaluada refiere a que los salarios mínimos generan desempleo en trabajadores jóvenes y poco calificados. El acuerdo total con esta afirmación bajó de 63% en 1990 a 46% en el 2000, 40% en el 2011 y 30% en el último estudio. En contrapartida, el acuerdo con salvedades y el desacuerdo ha aumentado.

En resumen, estamos en presencia de un incremento en los niveles de consenso profesional que no es ajeno a la evolución en algunas de sus ideas predominantes. Dentro de los cambios más notables se encuentra el acuerdo sobre roles más activos e intervencionistas de la política fiscal y la conveniencia de políticas que mitiguen las desigualdades en la distribución del ingreso.

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