"¡Madre mía, jefa! ¿Estás segura de que quieres que nos metamos aquí?”, fue la pregunta que le hizo Carolina Yuste (33 años) a Arantxa Echevarría cuando la directora le propuso protagonizar La infiltrada. No era fácil hacer una película sobre Elena Tejada, la policía que se infiltró durante 8 años en la banda terrorista ETA y logró desarticular el comando Donosti.
Pero Carolina confió. Es el cuarto film en el que trabaja con Echevarría y el segundo por el que gana el premio Goya. El primero fue Carmen y Lola, donde interpretó a Paqui, la trabajadora social que ayudó a las protagonistas de la historia a vivir su amor prohibido y que le dio la estatuilla a Actriz de Reparto con 27 años (2019). Además, en 2023 estuvo nominada como Actriz Principal por Saben aquell (expresión catalana), film de David Trueba en el que encarnó a Conchita Alcaide, primera esposa del cómico barcelonés Eugenio.
Volviendo a La infiltrada, confesó a la prensa que encarnar a Tejada fue complejo porque “hemos abierto muchas cosas y me he documentado mucho. Te das cuenta de la cantidad de dolor que hay alrededor. Había que estar muy protegida y yo me he sentido así por parte del equipo y de Arantxa”.
En tal sentido, le gusta destacar que se trata de una película dirigida, montada y producida por mujeres. “Podemos rodar un drama intimista que llores como una perra y un thriller que te haga vibrar”, dijo la actriz de conocida militancia feminista, entre otras militancias sociales.
El pasado 8 de febrero, enfundada en un diseño de Alexander McQueen y championes, Carolina subió al escenario a recibir su primer Goya a Mejor Actriz por la película que esa noche compartió el máximo galardón de la noche con El 47. En su discurso, volvió a decir algo que le gusta destacar siempre que puede: trabajar de esto le permite pagar el alquiler.
A Vanity Fair, por ejemplo, le señaló que poder vivir de la actuación es “mi parcelita de privilegio” y que tiene “el oficio más bonito del mundo, pero la profesión no tanto”, por eso de estar siempre con la incertidumbre de si habrá un próximo trabajo. Por el momento no parecer ser el caso de una intérprete que viene actuando sin parar desde 2012, en que estrenó su primera obra de teatro: Las brujas.

Extremeña
Carolina es oriunda de Badajoz, hija de una peluquera -“pero pinta unos cuadros hermosísimos, canta increíble y ha hecho fotografía”, contó de su madre a Forbes- y de un empleado de una caja de ahorros que estudió Historia del Arte antes de jubilarse. “Soy actriz por ellos”, aseguró.
Reveló que en la Secundaria fue víctima de bullying, pero que eso le permitió sacar herramientas que le sirvieron para enfrentar muchas cosas en la vida. “De chica era un poco bicho, pero un bicho bueno”, comentó en entrevista con El Mundo.
Su madre la llevaba al teatro, al cine, a bailar. “Durante un tiempo ella se ocupó de maquillar a todas las travestis de Badajoz”, contó de su mamá quien consideraba que solo había dos opciones: “Ponerte a quemarlo todo o narrar las incomodidades que nos rodean. Yo elegí la segunda”.
Por influencia de su hermana. primero quiso ser bailarina gogó en Ibiza (las que bailan en las discotecas), entonces se anotó en clases de baile en el colegio.
Se mudó a Madrid para seguir estudiando en la Real Escuela Superior de Arte Dramático, pero como se vio “mayorcita para el conservatorio de danza”, eligió lo que se llama “gestual”, que es expresar emociones con movimientos del cuerpo, desde acrobacia hasta baile. No le fue nada bien y terminó vendiendo ropa, primero en una tienda de la Gran Vía y luego en una de Calle Mayor.
Por suerte conoció a un profesor de interpretación, tomó clases en otra escuela y al año siguiente volvió a probar suerte en la Escuela Superior. Esta vez logró quedarse.
El cine llegaría en 2016 con Historias románticas (un poco) cabronas y desde entonces no se detuvo, con títulos entre los que figuran los otros dos films que hizo con Echevarría: La familia perfecta (2021) y Chinas (2023). “Con Aratxa ya es una cuestión familiar. Están las Chicas Almodóvar y las Chicas Echevarría, entre las que me encuentro yo. Es divino”, bromeó.
En TV, en tanto, fue parte de series populares como Brigada Costa del Sol o Dime quién soy, y este año estrenará La canción (el 8 de mayo), una serie en la que interpreta a Massiel, la cantante ganadora de Eurovisión en 1968.
También se ha animado a dirigir y no le ha ido nada mal pues en los recientes Goya su cortometraje Ciao Bambina aspiraba al premio en la categoría Corto Documental. Fue un proyecto personal que codirigió con Afioco Gneco y que ahora tendrá su continuación en el documental Este cuerpo es mío.
“El director y protagonista es mi amigo. Cuando empezó su transición y la hormonación me contó que quería grabar este proceso y que le encantaría que lo hiciera con él”, contó sobre esta historia de un hombre trans.
Y si de sexualidad hablamos hay que decir que Carolina se define como bisexual. “Yo me enamoro de un ser humano y a veces es una cosa y, otras veces, es otra. ¿Qué más da? Y recibo mucho odio, pero muchísimo más amor”, señaló a El Mundo una actriz muy reservada con su vida privada. La única pareja que se le conoce es la del también actor Jaime Lorente (Denver en La casa de papel). Se conocieron en 2015, haciendo la obra teatral Fuenteovejuna, estuvieron de novios dos años y terminaron sin contar los motivos de la ruptura.
También la movilizan las causas sociales. “El feminismo, el ecologismo y el antifascismo deberían ser temas transversales que nos uniesen a todos”, afirmó a El Mundo.
Y lo demuestra con hechos: ha visitado junto a grupos de activistas los campamentos de saharauis en Tinduf (Argelia) y de refugiados en Samos (Grecia), y más recientemente fue la elegida junto al actor Diego Botto para leer en las puertas del Congreso español un manifiesto contra el plan de rearme propuesto por la Comisión Europea.
De todas formas se niega a que le asignen banderas. “Soy actriz, pero también soy una ciudadana más. Esto a veces no se entiende, pero tengo el mismo derecho a enfadarme que cualquier otra persona. No haría ningún papel que trajese odio al mundo o que generase referentes tóxicos”, remarcó a Vanity Fair de España.
Por otro lado, reconoció que ha perdido trabajos porque no daba con el perfil de tapa de revista femenina. “Soy morena y con la nariz grande”, ha dicho quien sueña con que le den el papel de Isabel Pantoja en la biopic de siete capítulos que se prepara sobre la cantante española de la que Carolina es muy fan.
“Por favor, por favor, lo pido. Pero ¿esto va a pasar? Es que lo llevo diciendo años, y esto no es broma, que yo el biopic que me encantaría hacer es el de Isabel Pantoja. Quien lo vaya a hacer, por favor, que me llame”, imploró en la gala de la 33° edición de los Premios Unión de Actores y Actrices. Fue el 10 de marzo pasado, no sería extraño que ya haya recibido ese llamado.
