De Joffrey a Byron: el renacer de Jack Gleeson, el actor que eligió el silencio antes que la fama

Después de Juego de Tronos, dejó la fama mundial por una vida tranquila y un teatro sin reflectores. Hoy, quien fue Joffrey Baratheon, el villano más odiado de la TV, confirma su transformación.

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Jack Gleeson

Durante años, su rostro encarnó al personaje más detestado de la televisión. Millones de espectadores celebraron la muerte de Joffrey Baratheon, el joven y cruel monarca de Juego de tronos, en una de las escenas más comentadas de la década. Pero mientras el público festejaba la caída del villano, el actor detrás de ese rostro -Jack Gleeson- tomaba una decisión radical: abandonar la actuación. Tenía poco más de 20 años y acababa de alcanzar la fama global.

En un medio donde la notoriedad se persigue con devoción, su partida fue desconcertante. Gleeson, irlandés nacido en Cork en 1992, se retiró del circuito cinematográfico y televisivo tras el rodaje de la cuarta temporada de la serie de HBO basada en las novelas de fantasía medieval escritas por George R. R. Martin. “Cuando algo se convierte en una obligación, deja de ser divertido”, diría más tarde en una entrevista. “No es que haya perdido la pasión, pero no era agradable tener tanta atención”.

Su interpretación de Joffrey Baratheon, el rey caprichoso y despótico de los Siete Reinos, había sido tan convincente que muchos espectadores confundieron al personaje con el actor. Inspirado en la intensidad de Joaquin Phoenix en Gladiador, Gleeson logró construir un villano adolescente cuyo sadismo y fragilidad se entrelazaban en una misma mirada. La muerte del personaje fue recibida como una catarsis colectiva, un momento liberador para millones de seguidores que, sin saberlo, presenciaban también el final de una etapa en la vida del actor.

“Bueno, afortunadamente puedo decir que no recibí ningún tipo de abuso. Sé que eso puede suceder, tristemente, sé que puede pasar, pero no me ocurrió a mí. La gente confunde al personaje con el actor, pero después deJuego de Tronos, o incluso durante, yo seguía actuando. Pero era simplemente con una compañía de teatro que creamos algunos amigos de Dublín y yo. Y no lo sé, creo que me gustaba más eso en aquel momento, pero luego comencé a echar de menos la actuación en pantalla y volví a esto. Así que no sé, simplemente aquello es en lo que me encontraba en ese momento”, dijo recientemente.

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Muerte de Joffrey Baratheon

De la fama al retiro.

Tras el cierre de su participación en Juego de tronos en 2014, Gleeson decidió regresar a Irlanda y alejarse del ruido mediático. Se instaló en Dublín y comenzó estudios de Teología y Filosofía en el Trinity College, donde se graduó en 2015. El joven que había reinado en los Siete Reinos eligió entonces un reino interior: la búsqueda intelectual y la reflexión. Su vida se volvió deliberadamente simple, sin alfombras rojas ni promociones televisivas.

Pero su retiro no fue una renuncia definitiva al arte. Junto a un grupo de amigos fundó la compañía teatral Collapsing Horse, especializada en teatro experimental y obras de marionetas. Lejos del glamour y las superproducciones, el proyecto lo reconectó con la esencia del oficio: contar historias desde la creatividad, sin intermediarios ni presiones. Durante esos años, actuó en circuitos alternativos de Irlanda y el Reino Unido, preservando un bajo perfil y cultivando un tipo de anonimato casi imposible en la era digital.

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Jack Gleeson

Un regreso paulatino.

El reencuentro de Gleeson con las cámaras se produjo lentamente. En 2020 apareció en la serie británica Out of Her Mind, y poco después se sumó a The Famous Five, una adaptación moderna de las novelas juveniles de Enid Blyton, donde interpretó a un excéntrico antagonista. En 2023, Netflix lo convocó para la cuarta temporada de Sex Education, en la que dio vida a Dodgy Mo, un personaje secundario que mostraba su vena cómica.

Aquella aparición fue una señal clara: el actor estaba listo para volver al centro de la escena. Lo confirmó poco después con su participación en The Sandman, la serie basada en el universo de Neil Gaiman, donde interpretó a Puck, una de las figuras más esperadas por los fans del cómic.

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Jack Gleeson en La casa Guinness

“La casa Guinness”: un nuevo comienzo.

Su verdadero regreso al protagonismo llegó con La casa Guinness, la serie creada por Steven Knight -el mismo de Peaky Blinders- que Netflix estrenó a nivel global. En ella, Gleeson interpreta a Byron Hedges, un primo ilegítimo de la familia Guinness, que aparece tras la muerte del patriarca para ofrecerse como embajador de la marca en Estados Unidos.

Aunque el personaje fue creado especialmente para la ficción, su presencia resulta clave en las tensiones internas del clan. Byron es astuto, ambiguo y carismático: rasgos que permiten a Gleeson mostrar un registro muy diferente al de Joffrey. La crítica británica ha destacado su actuación como una de las más sólidas del elenco, y el público ha celebrado verlo de nuevo en un papel complejo, alejado del arquetipo del villano adolescente.

Con La casa Guinness, Gleeson no solo regresa a una gran producción internacional: también demuestra que ha crecido, tanto en lo actoral como en lo personal. “Después de Juego de tronos seguí actuando, pero en otro tipo de teatro, más íntimo”, explicó en una entrevista reciente. “Ahora siento que puedo disfrutar otra vez del trabajo frente a cámara”.

Hoy, con 33 años, Gleeson lleva una vida tranquila en Dublín junto a su esposa, Róisín O’Mahony, con quien se casó en 2022 en una discreta ceremonia en el condado de Kerry. Vive alejado del circuito de celebridades, elige sus proyectos con cautela y mantiene un vínculo activo con la escena teatral irlandesa.

A diferencia de otros actores marcados por un papel icónico, Gleeson parece haber encontrado el equilibrio entre la fama y el anonimato. No reniega de Joffrey, pero tampoco lo usa como carta de presentación. Sabe que aquel personaje -odioso, inmaduro, tiránico- fue su trampolín y su condena, su gloria y su peso.

Hoy, una década después, su carrera vuelve a tomar impulso. Su interpretación en La casa Guinness lo ha vuelto a colocar en el radar internacional y confirma lo que muchos sospechaban: que bajo la máscara del joven rey más odiado de la televisión había un actor sensible, inteligente y paciente, dispuesto a esperar el momento justo para volver.

En un panorama saturado de rostros fugaces, Jack Gleeson representa otra clase de trayectoria: la del intérprete que se atrevió a desaparecer para reencontrarse. Su regreso no es solo el de un actor, sino el de alguien que entendió que el verdadero poder -a diferencia del de Joffrey- no consiste en dominar, sino en elegir.

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