En las últimas horas nos enteramos que 80 mil residencias permanentes fueron otorgadas por el Ministerio de Relaciones Exteriores en los últimos diez años a extranjeros provenientes, casi en su totalidad, de América del Sur.

Los datos fueron proporcionados por la Cancillería respondiendo a un pedido del diputado colorado Martín Melazzi. La medición toma el período comprendido entre el año 2014 y se extiende hasta finales de 2022.

El 43 por ciento de los solicitantes fueron argentinos y el 50 por ciento de ellos solicitó la documentación uruguaya entre 2018 y 2019, año en que finalizaba el gobierno de Francisco Macri y comenzaba la actual administración de Alberto Fernández.

A los argentinos le siguen los venezolanos que en el período 2014-2022 sumaron poco más de 20 mil solicitudes. Es evidente que las razones que trajeron a un número tan importante de venezolanos no son las mismas que arrimaron a nuestro territorio a los argentinos. De Venezuela llegaron y llegan corridos por una infame dictadura que no solo ha conculcado las libertades elementales de su pueblo, sino que lo ha condenado al hambre.

En tercer lugar, de este ranking se ubican los brasileños (en números redondos) con 10.200, seguidos por 3.400 peruanos, 1.500 chilenos, 1.000 paraguayos, 800 bolivianos y 640 ecuatorianos.

En estos años la geografía humana, principalmente en Montevideo, ha cambiado. Coincidiendo con los datos del relevamiento de la Cancillería, nos hemos acostumbrado a ver venezolanos conduciendo Ubers, trabajando en comercios y hasta en mutualistas y servicios médicos en general. Se sabe mucho de los venezolanos que han llegado tienen formación terciaria y capacitación y o experiencia laboral mayor para la tarea que cumplen. Distinta, en términos generales, es la situación de los hombres y mujeres provenientes de Perú, Chile, Paraguay y Bolivia. Un dato llamativo el informe de Relaciones Exteriores nada dice de los cubanos que en número creciente trabajan en los servicios de delivery.

Argentinos y brasileños sumados, son casi el 60 por ciento de los nuevos residentes en Uruguay. Es sabido que han llegado a nuestro país por razones diferentes a los de los restantes sudamericanos. En su mayoría es gente de alto poder adquisitivo y buscan en Uruguay lo que en sus países hace años no encuentran: estabilidad económica y política, tranquilidad y calidad de vida.

Este aluvión de los vecinos es evidente en Maldonado, particularmente en Punta del Este, Colonia y en menor medida también en Montevideo.

El último desembarco de argentinos comenzó a darse cuando las fronteras se abrieron luego de la pandemia. Y se mantiene a ritmo constante hasta el día de hoy. Algo similar sucede con los brasileños. Familias enteras han optado por lo que consideran un país serio y previsible.

En una reciente conferencia ,el ex presidente del Banco Central, economista (de verdad) Ricardo Pascale, sostuvo que la credibilidad que Uruguay goza en el mundo entero y que hace que la prestigiosa revista británica The Economist en su índice anual lo haya ubicado ,en 2022, como la 13ª democracia del mundo y la primera de toda América Latina, “es un capital enorme a cuidar por todos y que costó mucho generarlo desde 1985”. Sería bueno que tomaran nota los que torpedean todas y cada una de las acciones del gobierno.