Redacción El País
A medida que pasan los años, muchas personas descubren frente al espejo las primeras canas y se preguntan por qué aparecen o si conviene quitarlas. Aunque siempre se asociaron al envejecimiento, hoy la ciencia entiende mucho mejor qué ocurre en el cabello y cuáles son los factores —más allá de la edad— que pueden acelerar su llegada.
Los dermatólogos explican que estos cambios tienen que ver con el funcionamiento de las células madre del folículo. Con el tiempo, estas células disminuyen y dejan de producir melanocitos, que son las encargadas de generar el pigmento del cabello. Cuando esa producción cae, el pelo pierde color y se vuelve blanco, aunque a simple vista se perciba gris.
Si bien la edad suele ser el motivo más frecuente, no es el único. El sedentarismo, el tabaquismo, el consumo de alcohol, la falta de vitaminas y la genética también influyen en la aparición temprana de canas. A esto se suma otro factor que en los últimos años ganó protagonismo: el estrés crónico, que altera el metabolismo y puede generar cambios hormonales que aceleran el proceso.
Existen además algunas enfermedades que pueden detonar la irrupción prematura del cabello blanco, como la neurofibromatosis, el hipotiroidismo, la anemia, el síndrome de Griscelli y el vitíligo. También se han identificado vínculos con deficiencias de vitamina B12 o trastornos de la tiroides.
¿Arrancar las canas sirve de algo?
Entre quienes no quieren ver ni una sola cana, la reacción inmediata suele ser tirarla de raíz. Pero, según el dermatólogo francés Ramon Grimalt, esa práctica no cambia absolutamente nada. En su cuenta de Instagram explicó que seguirán saliendo al mismo ritmo ya que su aparición no depende de si las sacamos, las dejamos, las pintamos o las ignoramos.
La dermatóloga española Marta García-Legaz coincide: quitar una cana solo elimina un cabello, no el proceso biológico que le dio origen. Como las células pigmentarias ya no están, el nuevo pelo que crezca tendrá el mismo color blanco. Además, advierte que arrancarlas repetidamente puede inflamar el folículo, generar pequeñas heridas o incluso favorecer la caída permanente del cabello en esa zona.
Por eso, los especialistas recomiendan evitar arrancarlas. Si a alguien le molestan por una cuestión estética, lo más aconsejable es recortarlas o recurrir a tintes, pero siempre sin dañar el cuero cabelludo.
En base a El Tiempo/GDA
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