Redacción El País
Tener cuchillos afilados no solo hace más fácil la preparación de los alimentos: también garantiza cortes más seguros y precisos. Un filo en mal estado complica tareas simples, desde rebanar vegetales hasta trocear carne e incluso puede dañar la pieza al ejercer más presión de la necesaria.
El desgaste de la hoja es inevitable y depende del tipo de acero con el que esté fabricada. Además, existen prácticas cotidianas que deterioran la hoja: usar fuerza excesiva, golpear repetidamente contra la tabla, aplicar presión lateral, cortar productos congelados o emplear el cuchillo para tareas para las que no fue diseñado (como abrir latas). También influyen factores como la falta de limpieza, el óxido o el afilado excesivo, que vuelve la hoja demasiado fina y frágil.
Mantener un cuchillo en buen estado implica alargar su vida útil y mejorar su desempeño, siempre teniendo en cuenta que la técnica de afilado adecuada dependerá del acero y la cantidad de carburos que contenga.
Papel aluminio como recurso de emergencia
Cuando no se dispone de un afilador, algunos recurren a métodos caseros. Una opción es doblar una lámina de papel aluminio varias veces hasta formar un cuadrado y frotarla contra la hoja para devolverle filo.
Aunque puede sacar de un apuro, también acarrea riesgos. Entre ellos, cortes accidentales, posibles restos metálicos en la hoja que luego podrían acabar en la comida, daños en el filo e irregularidades que afectan la calidad del corte. Estas desventajas son similares a las que presentan métodos como usar botellas de vidrio o piedras.
El mantenimiento es la mejor forma de evitar un desgaste prematuro. Algunas recomendaciones son:
- Cortar siempre sobre tablas de madera o plástico, nunca de vidrio, mármol o acero.
- Lavar y secar los cuchillos inmediatamente después de usarlos.
- Evitar dejarlos en el fregadero o meterlos al lavavajillas, donde el calor y la humedad pueden dañarlos.
- Guardarlos con protección, sin contacto con otros utensilios.
- Usar cada cuchillo solo para la función para la que fue diseñado.
En definitiva, aunque los trucos caseros existen, el cuidado constante y el afilado correcto siguen siendo las mejores herramientas para tener cuchillos eficientes y duraderos en la cocina.
En base a El Universal/GDA