Truco de la abuela: mezcla de limón y sal, el dúo dinámico que se resiste a desaparecer de los hogares

La fórmula casera, económica y sostenible de limón y sal que vuelve a la carga para la limpieza y el bienestar personal, con un uso moderado y responsable.

Limón y sal
Limón y sal
Imagen creada por IA

Redacción El País
En un mundo lleno de productos químicos y soluciones industriales, un viejo truco de la abuela está cobrando nueva vida en los hogares de todo el mundo. Se trata de la combinación de limón y sal, una fórmula sencilla y confiable que promete resultados notables tanto en la limpieza del hogar como en rutinas de bienestar personal. Esta dupla no es una moda pasajera; es un clásico de la sabiduría popular que resurge en tiempos de búsqueda de alternativas más económicas y sostenibles.

La magia de este remedio natural reside en la sinergia de sus componentes. El limón, con su aroma fresco y alto contenido de vitamina C, actúa como un potente desinfectante y neutralizador de olores. Por su parte, la sal, un abrasivo suave, se encarga de rasquetear la suciedad más difícil, potenciando el efecto limpiador del cítrico.

Aliado en la limpieza del hogar

En la cocina, la pareja es infaltable para desinfectar tablas y utensilios, borrando bacterias y olores persistentes, especialmente después de trabajar con pescado o carne. También es un gran aliado para dejar como nuevos ollas y sartenes con manchas difíciles. Para la vajilla, se puede frotar el limón directamente sobre la sal para un brillo inmediato sin necesidad de productos agresivos.

La dupla también se luce en los electrodomésticos y griferías. Un simple limón pasado por sal sirve para lustrar superficies de acero o madera, mientras que una mezcla con bicarbonato de sodio dentro del microondas ayuda a aflojar la mugre acumulada y a espantar los malos olores. En el baño, el jugo de limón con sal gruesa es un “remedio infalible” contra el sarro que se adhiere a canillas, duchas e inodoros, devolviéndoles su brillo natural con un poco de esfuerzo.

Persona limpiando una superficie con un cepillo.
Persona limpiando una superficie con un cepillo.
Foto: Freepik.

Un plus para la salud y el hogar

Más allá de las tareas del hogar, esta mezcla también tiene su lugar en la tradición de remedios caseros. Algunos recomiendan beber agua tibia con limón y una pizca de sal al despertar, con la idea de estimular la digestión y activar el metabolismo. Para el clásico dolor de garganta, las gárgaras con limón, sal y agua tibia han sido un clásico para calmar la irritación.

Otros usos resaltan su aporte de minerales como sodio, potasio y magnesio, junto a la vitamina C del limón. Esta combinación, consumida con moderación, puede ayudar a una ligera reposición de minerales después de hacer ejercicio, aunque los expertos aclaran que no sustituye a las bebidas deportivas.

El uso justo para que no sea un problema

A pesar de ser una fórmula natural, los especialistas advierten que su uso, especialmente el consumo, debe ser moderado. El exceso de sal puede elevar la presión arterial, y el uso constante de limón en la boca puede dañar el esmalte dental. Por eso, la recomendación es usarlo de forma ocasional y complementaria.

La combinación de limón con sal es, en esencia, un recordatorio de que lo simple puede ser muy efectivo. En tiempos de consumismo acelerado, esta alternativa se mantiene como un emblema de practicidad y equilibrio, siempre y cuando se use con responsabilidad.

En base a El Tiempo/GDA

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