Redacción El País
Los primeros vientos de setiembre anuncian el arribo de la primavera y, con la nueva estación, un espectáculo tan característico como polémico en la capital uruguaya: la famosa “pelusa” de los plátanos.
Las calles se cubren de una nube de filamentos blanquecinos que se arremolina en las veredas, se mete en las casas y convierte a la ciudad en un escenario de disputa entre el encanto urbano y la incomodidad respiratoria.
Sin embargo, lejos de ser una cuestión al azar o de la propia naturaleza, este fenómeno responde a una decisión urbanística tomada a fines del siglo XIX.
Hacia 1891, Montevideo comenzó plantaciones masivas del plátano (Platanus × acerifolia), una medida alineada con los estilos urbanos europeos, especialmente los franceses. Estos árboles resultaron muy populares por su rápido crecimiento, su capacidad para dar sombra y su tolerancia a la poda, la contaminación y las agresiones típicas del entorno urbano. Se eligieron como parte de la modernización de la ciudad y se plantaron en gran parte de la capital uruguaya.
La postal de avenidas arboladas y de plazas cubiertas de verde tiene, sin embargo, su contracara. Cuando florecen, estos gigantes liberan miles de semillas que están recubiertas de filamentos que flotan con el viento.
La imagen bucólica se transforma rápidamente en malestar. “La pelusa actúa como un irritante mecánico, dañando la mucosa nasal y ocular. Además, esas semillas transportan polen, lo que puede desencadenar verdaderas crisis alérgicas en personas predispuestas”, explicó Ana Mieres, directora técnica de UCM Falck.
Los síntomas pueden ir desde irritación leve hasta cuadros severos de rinitis, lagrimeo persistente o episodios asmáticos.
“La intensidad del impacto depende de cada individuo, y las personas con antecedentes de atopia suelen reaccionar con mayor intensidad. Si los síntomas interfieren con la vida diaria, es fundamental consultar a un médico sin demora”, advirtió la profesional.
El problema de la pelusa no es solo una anécdota estacional. La Intendencia de Montevideo (IM) reconoce tanto los beneficios de estos árboles, como su capacidad para filtrar contaminantes y reducir la temperatura, como sus problemas, incluyendo los daños que sus raíces causan en las veredas y cañerías. Por ello, ha implementado un plan a largo plazo.
Aunque los plátanos no se eliminarán intencionalmente, se están sustituyendo gradualmente por otras especies a medida que se deterioran. Algunas zonas han comenzado a probar especies como el Platanus occidentalis, que produce menos flores y, por lo tanto, menos pelusa. Como parte de esta estrategia de recambio, la IMM está priorizando la plantación de especies nativas.
Recomendaciones para protegerse.
Es posible sobrevivir a la primavera y a la incomodidad que generan las clásicas pelusas si se toman algunos cuidados básicos. Mieres recomienda algunas medidas prácticas que ayudan a atravesar esta época del año, sin resignar la calidad de vida.
Los lentes envolventes funcionan como una primera defensa frente a la irritación ocular, ya que evitan que las partículas entren en contacto directo con los ojos.
El tapabocas, en tanto, puede ser un aliado en jornadas de viento o para realizar actividad física al aire libre, cuando la exposición es más intensa.
Otra recomendación clave es anticiparse con la medicación: tomar antihistamínicos —bajo indicación médica— incluso antes de que aparezcan los primeros síntomas puede ayudar a prevenir las crisis más severas y mantener controlados los episodios de alergia.
La higiene personal al regresar a casa también resulta fundamental. Lavarse la cara y el cabello contribuye a eliminar las partículas que se acumulan durante el día y así se reduce la presencia de alérgenos dentro del hogar.
En relación a los ambientes interiores, se aconseja cuidar los espacios cerrados, manteniendo las ventanas clausuradas en días secos y ventosos, y eligiendo ventilar en aquellas horas en las que la concentración de polen es más baja.
Es importante consultar de forma temprana con un profesional de la salud ante señales persistentes. Una evaluación médica a tiempo permite indicar el tratamiento más adecuado y evitar complicaciones.