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Por qué trabajar desde la cama es un hábito poco saludable y cómo elegir un buen espacio de trabajo en casa

Aunque parezca cómodo, realizar las tareas laborales desde la cama tiene consecuencias para la salud física y mental; expertos aconsejan evitarlo.

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Trabajar desde la cama, computadora
Hombre trabaja con su computadora desde la cama.
Foto: Freepik.

Nathalia Gómez Parra, El Tiempo/GDA
Después de la pandemia del COVID-19, el trabajo en casa se volvió mucho más frecuente. Hoy son muchas las empresas e instituciones que optan por una modalidad 100 % remota y otras que prefieren un método híbrido, es decir, unos días en la oficina y otros desde el hogar.

Algunas de las ventajas de trabajar desde casa son la posibilidad de ahorrar tiempo y energía y, a su vez, ganar comodidad. De hecho, hay quienes aprovechan para realizar sus tareas desde la cama. Si bien hacer esto algún día puede ser interesante, mantenerlo como rutina puede desencadenar consecuencias negativas para la salud.

En primer lugar, no es bueno para el cuerpo trabajar en el mismo sitio donde se duerme, porque, desde un punto de vista ergonómico, es muy importante variar la postura y apoyar las diferentes partes del cuerpo siempre que sea posible.

“El cuello, la espalda, la cadera y más partes del cuerpo se tensan cuando la persona está sobre una superficie blanda que le incita a desplomarse. Nada de esto es óptimo”, dice Susan Hallbeck, directora de ingeniería de sistemas de atención médica MayoClinic para la BBC.

Este mal hábito puede resultar, de manera paulatina, en una rigidez muscular permanente en la espalda, así como artritis y dolor cervical, es decir, molestias en los huesos, ligamentos y músculos del cuello que permiten el movimiento, según la experta.

También puede desencadenar dolores de cabeza y afectar en los niveles de concentración y productividad, debido a que el entorno de ocio y descanso no se diferencia de los deberes, donde se requiere mayor compromiso y atención.

Además, trabajar en la cama puede contribuir al sedentarismo, ya que es menos probable que la persona se levante y se mueva regularmente.

Otro aspecto a considerar es el impacto en la calidad del sueño. El cerebro asocia la cama con el descanso, por lo que trabajar en ella puede dificultar la capacidad de relajarse y conciliar el sueño adecuadamente. Esto puede llevar a trastornos del sueño, como insomnio o sueño fragmentado, que a su vez pueden tener efectos negativos en la salud física y mental a largo plazo.

También puede ser difícil separar el tiempo de trabajo del tiempo de descanso cuando se trabaja desde la cama, lo que puede llevar a una mayor sensación de agotamiento y estrés.

Consejos para trabajar remoto de forma saludable.

Lo ideal es evitar la cama como espacio de trabajo de manera regular y acondicionar un sitio específico para realizar sus tareas laborales o académicas.

Es importante que el espacio elegido esté bien iluminado, en lo posible con luz natural, ya que uede mejorar el estado de ánimo y reducir la fatiga visual. Otro factor clave es contar con una buena ventilación y una temperatura agradable.

En cuanto a la ergonomía, se recomienda una silla cómoda y ajustable que permita una postura adecuada. La altura de debe permitir que los pies descansen planos en el suelo y las rodillas estén alineadas con las caderas. La pantalla de la computadora debe estar a la altura de los ojos para evitar forzar el cuello.

Por último, es bueno mantener el espacio organizado y moverse cada cierto ciempo.

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