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Bailar y correr son dos muy buenos ejercicios para lidiar con los efectos de la depresión dice nuevo estudio

Otro tipo de ejercicios, como las caminatas y el yoga, también son beneficiosos, aunque de manera más moderada.

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Foto: Canva.

O Globo - GDA
La práctica regular de actividad física ya es un aliado comprobado en el tratamiento de muchos tipos de dolencias físicas. Una rutina de ejercicios —idealmente, unos 150 minutos por semana de acuerdo a cálculos realizados por la Organización Mundial de la Salud (OMS)— ayuda a disminuir los riesgos de desarrollar enfermedades cardiovasculares, especialmente si esa rutina se complementa con una dieta variada y rica en frutas, verduras y fibras.

Al cerebro también le hace muy bien ejercitarse regularmente. Las actividades físicas contribuyen, por ejemplo, a la liberación de endorfinas, llamadas coloquialmente “hormonas de la felicidad”, por el efecto placentero que le otorgan al cuerpo y espíritu cuando atraviesan el torrente sanguíneo.

Incluso cuando se trata de dolencias mentales, como la depresión, se recomienda llevar a cabo algún tipo de entrenamiento o ejercicio físico sostenido en el tiempo.

La ciencia no se detiene y un nuevo estudio ha revelado cuáles son los ejercicios más efectivos para aliviar los síntomas de la depresión. Son: baile, carrera, HIIT (entrenamiento intervalado de alta intensidad) y entrenamiento de fuerza.

Según un estudio publicado recientemente en la revista científica The BMJ, estos parecen ser los tipos de actividad física más efectivos para aliviar la depresión, ya sea de manera individual o junto a tratamientos establecidos, como la psicoterapia y los medicamentos.

Ejercicios más suaves como yoga y caminata también demostraron ser positivos, pero cuanto más vigorosa sea la actividad, mayores serán los beneficios.

La OMS estima que más de 300 millones de personas en el mundo sufren en la actualidad de depresión. A menudo, el ejercicio se recomienda junto a la psicoterapia y los medicamentos, pero las directrices de tratamiento y las revisiones de evidencia previas discrepan sobre la mejor manera de prescribir ejercicio para tratar la depresión.

A bailar

Investigadores australianos analizaron más de 200 estudios que involucraban a casi 15.000 participantes para determinar cómo diferentes tipos de ejercicio mejoraban la salud mental. Los resultados mostraron grandes reducciones en la depresión para el baile y reducciones moderadas para la caminata o carrera, yoga, entrenamiento de fuerza, ejercicios aeróbicos mixtos y tai chi o qigong.

Caminar o correr resultaron efectivos tanto para hombres como para mujeres, mientras que el entrenamiento de fuerza fue más efectivo para las mujeres, y el yoga o qigong (un arte marcial) fueron más efectivos para los hombres.

El yoga también fue más efectivo entre los adultos mayores, mientras que el entrenamiento de fuerza fue más efectivo entre los más jóvenes. También se encontraron efectos moderados y clínicamente significativos cuando el ejercicio se combinó con medicamentos o cuando el ejercicio aeróbico se combinó con psicoterapia, lo que sugiere que el ejercicio podría proporcionar beneficios adicionales junto con estos tratamientos establecidos.

Aunque la actividad física ligera, como caminar y hacer yoga, todavía proporciona efectos clínicamente significativos, los beneficios fueron mayores para ejercicios vigorosos, como correr y entrenamiento con intervalos.

“Nuestros hallazgos respaldan la inclusión del ejercicio como parte de las directrices de práctica clínica para la depresión, especialmente los ejercicios de intensidad vigorosa”, afirmaron los investigadores.

Una de las razones detrás de este efecto podría ser el hecho de que el ejercicio intenso produce niveles más altos de endorfinas, hormonas del bienestar que reducen el dolor y han demostrado aliviar los síntomas de la depresión.

El ejercicio pareció ser igualmente efectivo para personas con y sin otras condiciones de salud y con diferentes niveles iniciales de depresión. Los efectos también fueron similares para ejercicios individuales y en grupo.

Aunque los investigadores advierten que el estudio tiene limitaciones y se necesitan más trabajos para comprender los beneficios, creen que “los sistemas de salud podrían proporcionar estos tratamientos como alternativas o adyuvantes a otras intervenciones establecidas, al mismo tiempo que mitigan los riesgos para la salud física asociados con la depresión”.

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