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VIDA SANA

Cantar, bailar y actuar es bueno para la salud: así impacta el arte en nuestro bienestar físico y emocional

Con el foco en el proceso y no en el resultado, todas las formas de expresión artística ayudan a sanar el cuerpo, la mente y el corazón.

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Arte, pintar
Mujer contenta pintando.
Foto: Freepik.

Por Tatiana Scherz Brener

En las sociedades chamánicas, ante cualquier síntoma de desánimo, el hombre o la mujer medicina preguntaba: ¿Cuándo dejaste de bailar? ¿Cuándo dejaste de cantar? ¿Cuándo dejaste de embelesarte por los cuentos? ¿Cuándo dejaste de encontrar consuelo en el dulce territorio del silencio? Así lo cuenta la antropóloga Ángeles Arrien en el prólogo del libro Mapas para el éxtasis: Enseñanzas de una chamán urbana (1989) de Gabrielle Roth. Y agrega Arrien: “Cuando dejamos de hacer esto, experimentamos la pérdida del alma”.

Al recordar estas palabras, el psicólogo Pablo Haberkorn aseguró: “De ahí que los cuatro bálsamos curativos universales sean bailar, cantar, contar historias y hallarse en el silencio”. Como seres humanos, expresarnos es necesario para llevar una vida saludable, y el arte “brinda caminos privilegiados” para hacerlo, sostuvo el experto.

Todos somos artistas.

Para Haberkorn, el arte es un camino de transformación en el que “algo doloroso puede convertirse en otra cosa”. En este sentido, entiende que la expresión artística promueve la salud porque “aquello que no expresamos queda encerrado y, de alguna manera, termina enfermándonos”.

En la misma línea, la psicóloga Eva Levi expuso: “Lo que sentimos y pensamos, nuestros miedos y fantasías, todo el mundo interno puede canalizarse a través de los lenguajes artísticos”. De esta forma, el arte se presenta como una vía para conectar con uno mismo, sostuvo.

El educador en arte Pablo Aguirrezábal concuerda: “El arte es un canal de conexión con el inconsciente, una oportunidad de descubrirnos más y, a partir de allí, de elegir qué persona queremos ser”.

Todos podemos aprovechar los beneficios de expresarnos a través del arte. De hecho, Haberkorn señaló que “crear no es solamente para aquellas personas privilegiadas artísticamente con ese don, sino que es inherente a nuestra condición como seres humanos”.

Círculo UY
Taller de expresión artística en Círculo.
Foto: Círculo.

Expresarnos a través del arte hace bien.

Cantar, bailar, actuar, pintar o practicar cualquier disciplina artística es positivo, en primer lugar, desde el punto de vista cognitivo y motor, indicó Levi. En lo emocional, es una manera efectiva de elaborar procesos de duelo y canalizar emociones que uno no ha podido compartir a través de la palabra, subrayó.

Pero no solo eso: expresarnos a través del arte “es como volver a la vida”, aseguró la psicóloga. Esto es así porque “el adulto suele estar muy anestesiado corporal y emocionalmente, y el trabajo artístico conecta mucho con los cinco sentidos; con el propio cuerpo y luego con lo que siente ese cuerpo”.

En cuanto a los niños, el arte les permite descubrir su mundo interno y desarrollar la inteligencia emocional y la comunicación consigo mismos y con los demás, subrayó Levi. También mejora su autoestima en tanto “logran reconocerse en eso que están expresando y así van encontrando su identidad”, comentó. A su vez, promueve el pensamiento crítico porque “en la medida que están conectados consigo mismos, pueden desarrollar su propio criterio”. Por último, mencionó que, al trabajar en grupo, se fomentan valores como la solidaridad, el respeto, el cuidado y el autocuidado.

El arte también es bueno para la salud física. La doctora Paula Díaz Stojich manifestó que ciertas prácticas como la musicoterapia, el teatro y el humor, entre otras, mejoran la inmunidad, disminuyen la inflamación y contrarrestan la depresión. Además, está demostrado científicamente que “el arte es neuroprotectora y mejora los niveles de presión arterial y colesterol”, dijo. Lo explicó así: “Cada célula de nuestro cuerpo se alimenta de lo que comemos, pero también de nuestras emociones y pensamientos, y la expresión artística nos ayuda a gestionar eso”.

La vida adulta puede ser muy repetitiva y estructurada, y en ese contexto la posibilidad de crear se vuelve fundamental, expresó Haberkorn. No obstante, aclaró que se refiere a crear sin poner el foco en el producto final: “A veces, nos ponemos etiquetas de ‘no canto bien’ o ‘no pinto bien’, pero eso no es lo importante, sino animarse a tomar contacto con la capacidad de crear y de ser espontáneos”, remarcó.

Por su parte, Levi agregó que, cuando el énfasis está en el proceso, no hay nada que esté bien o mal ni lindo o feo: “Todo lo que uno puede exteriorizar a través de la plástica, la palabra, la música o la expresión corporal es válido. El trabajo en expresión artística implica un autoconocimiento impresionante, por eso es tan terapéutico”, resaltó.

Para la doctora Díaz, el quid de la cuestión no es el resultado, sino “en qué te transformás durante el proceso”. Además, Aguirrezábal comentó que “en ocasiones evadimos el arte porque sentimos que es algo infantil, y en cambio nos libera y llena de autoconfianza, que es lo que necesitamos para caminar en la vida”.

ARyS.jpg
Taller en Centro de Medicina Integrativa AryS.
Foto: AryS.

Espacios de encuentro y expresión.

Junto a la psicóloga Noé Soler, Pablo Haberkorn es codirector de Círculo (Instagram: @circulo.uy), una propuesta que trabaja con grupos de arte y salud. Una de sus actividades es el teatro espontáneo, donde “el público se transforma en narrador de sus propias historias”, explicó. Se trata de un “teatro de creación colectiva” en el que “la persona cuenta su historia y elige a los actores para representarla”. Esto tiene un gran impacto para quien trae el relato, pero también para quienes lo llevan al escenario: “En el teatro jugamos a ser otros, y siendo otros nos volvemos más nosotros mismos”, aseguró el psicólogo.

Eva Levi es directora de la Escuela de Expresión (Instagram: @escuela_de_expresion) junto al artista plástico Michel Verdier. Allí brindan talleres de expresión a través del cuerpo, la plástica, la palabra y la música. Además, dan formaciones para que otras personas puedan “multiplicar el arte en espacios educativos o en distintas instituciones”, mencionó Levi.

Por su parte, Paula Díaz Stojich y Pablo Aguirrezábal son directores del Centro de Medicina Integrativa AryS (Instagram: @arys.uy), y dan talleres de arte y salud donde integran el canto, la pintura y la conexión con el cuerpo, además de promover la alimentación antiinflamatoria y el mindfulness. Si bien el centro ya está en funcionamiento, la inauguración oficial será mañana sábado 6 de mayo a las 20.30hs en Tacuarembó 1396 y habrá degustaciones, espectáculo artístico y exposición de pinturas.

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