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Olvidate de las cremas: La clave para una piel joven y una vida más larga está en tu interior

Un nuevo estudio realizado por investigadores españoles revela que la clave para una piel joven y una vida más larga radica en la sincronización de nuestros ritmos circadianos.

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La piel es un reflejo de nuestro interior, dice nuevo estudio.
Foto: Freepik.

Redacción El País
Desde la década de 1970, los científicos han estado estudiando los ritmos circadianos, ciclos naturales de aproximadamente 24 horas que regulan diversas funciones corporales, como el sueño, el metabolismo y la temperatura corporal.

Y descubrieron que la desregulación de estos ritmos puede tener graves consecuencias para la salud.

En una nueva investigación, científicos españoles descubrieron que la sincronización entre el reloj central del cerebro y los relojes periféricos de los tejidos, como los del músculo y la piel, es crucial para su correcto funcionamiento y para prevenir su envejecimiento.

Más allá de la edad biológica

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Foto: Stocksnap.

Los resultados, publicados en las revistas Science y Cell Stem Cell, demuestran que la edad biológica no es el único factor determinante en el envejecimiento, sino que la sincronización de los ritmos circadianos a lo largo de la vida también juega un papel fundamental.

Un hallazgo sorprendente de este estudio es que los relojes periféricos pueden mantener ciclos de 24 horas y gestionar hasta el 15% de las funciones circadianas incluso en ausencia del reloj central. Esto sugiere que estos relojes tienen un cierto grado de autonomía y pueden funcionar de forma independiente hasta cierto punto.

Implicancias para la salud y el envejecimiento

Estos descubrimientos abren nuevas posibilidades para el desarrollo de tratamientos que mejoren la sincronización de los ritmos circadianos y, por ende, prevengan el envejecimiento y promuevan una salud general más óptima.

Los investigadores también sugieren que ajustar nuestro estilo de vida a los ritmos naturales del día, como dormir por la noche y estar activos durante el día, puede ayudar a restaurar el ritmo circadiano y prevenir el envejecimiento prematuro.

Ayuno intermitente: un aliado inesperado

El estudio también ha demostrado que el ayuno intermitente, que consiste en consumir alimentos solo durante la fase activa del día, puede reemplazar parcialmente el reloj central y mejorar la autonomía del reloj muscular, lo que se traduce en una menor pérdida muscular, un mejor metabolismo y una mayor fuerza en ratones de edad avanzada.

La piel: un reloj complejo

En cuanto a la piel, el estudio publicado en Cell Stem Cell revela que su reloj circadiano es fundamental para coordinar su fisiología diaria, ya que integra o modifica las señales cerebrales. En ausencia del reloj periférico, la piel aún mantiene un ritmo circadiano, pero en el horario opuesto al habitual. Esto significa que procesos como la replicación del ADN, si estuvieran regulados solo por el reloj central, ocurrirían durante el día, cuando la piel está expuesta a la luz ultravioleta del sol, lo que aumentaría el riesgo de mutaciones y cáncer de piel.

En definitiva, este estudio pone de relieve la importancia de mantener una buena coordinación de los ritmos circadianos para un buen funcionamiento del organismo. Una descoordinación horaria continuada puede ser perjudicial y potenciar el envejecimiento prematuro.

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