Manzanilla, beneficios comprobados para la digestión, el descanso y las defensas

Redacción El País
Desde hace generaciones, la manzanilla acompaña el botiquín natural de muchos hogares. Y no es casualidad: estudios recientes confirman lo que la sabiduría popular ya intuía. Esta planta, aliada para calmar el aparato digestivo y promover el bienestar general, combina propiedades antiinflamatorias, relajantes y protectoras, gracias a compuestos como los flavonoides y el bisabolol.

Su uso regular, integrado a un estilo de vida saludable, puede ofrecer múltiples beneficios, aunque siempre conviene consumirla con moderación y bajo ciertas precauciones.

• Alivio digestivo: reduce hinchazón, gases y molestias estomacales leves.
• Efecto antiinflamatorio: beneficios comprobados en intestino, hígado y vías respiratorias.
• Acción sedante y ansiolítica: favorece la calma y ayuda a conciliar el sueño.
• Mejora del descanso nocturno: evidencias en adultos mayores y madres recientes.
• Protección hepática: contribuye a procesos de detoxificación del hígado.

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• Prevención de cólicos biliares: ayuda a la expulsión de bilis.
• Regulación de la presión arterial: efecto relajante leve, con supervisión médica.
• Alivio menstrual: reduce dolores gracias a su acción antiespasmódica.
• Refuerzo del sistema inmune: modula la respuesta defensiva del organismo.
• Propiedades antisépticas: aplicable en ciertos usos externos.
• Disminución de náuseas y alivio de garganta irritada.
• Mejora de la regularidad intestinal y alivio de congestión respiratoria.
• Apoyo ocular: en compresas, con máxima precaución.

En infusión, la manzanilla relaja la musculatura digestiva, alivia la distensión abdominal y mejora digestiones pesadas. También calma el dolor de garganta y reduce la inflamación de las mucosas, suavizando la tos y la congestión nasal.

Tomar una taza antes de dormir puede ser un aliado para el descanso. Investigaciones confirman mejoras en la conciliación del sueño y en el control del estrés, con un impacto positivo en el ánimo.

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1. Hervir agua y agregar una cucharada de flores secas por taza.
2. Dejar reposar 5 a 10 minutos.
3. Colar y, si se desea, endulzar con miel.

Se recomienda consumir después de las comidas o antes de acostarse. Existen preparados estandarizados para casos específicos, que conviene usar con asesoramiento profesional.