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La libido siempre ha estado rodeada de misterios y tabúes. Mientras algunos creen que siempre debería ser alto, otros ven su fluctuación como un problema. ¿La verdad? El deseo sexual es un termómetro de la salud física y emocional, y su disminución puede indicar desde simples cambios hormonales hasta problemas metabólicos y psicológicos más graves.

El nutricionista Dr. Ronan Araujo explica: "El estrés, la dieta, la calidad del sueño, los niveles hormonales e incluso la exposición excesiva a las pantallas pueden afectar directamente el apetito sexual". ¿Pero hay alguna manera de revertir esto sin recurrir a medicamentos o soluciones temporales? La respuesta está en la ciencia del deseo.

El deseo sexual no surge de la nada. Es el resultado de una interacción compleja entre hormonas, neurotransmisores y factores emocionales. El cerebro, los vasos sanguíneos e incluso el intestino juegan un papel fundamental en este proceso.

Los principales reguladores de la libido son:

• Testosterona: La hormona más asociada al deseo sexual, presente tanto en hombres como en mujeres. Cuando está bajo, el deseo puede desaparecer.
• Estrógeno y progesterona: cruciales para la libido femenina. El equilibrio entre ellos influye en el placer sexual, la lubricación y la respuesta a la estimulación.
• Dopamina: El neurotransmisor del placer y la motivación. Los niveles bajos pueden reducir el interés sexual y aumentar la procrastinación.
• Serotonina: aunque se asocia con el bienestar, niveles muy altos pueden suprimir el deseo sexual.
• Cortisol: La hormona del estrés, que puede bloquear completamente la libido cuando está crónicamente elevada.
• Óxido nítrico: Esencial para la circulación sanguínea y la respuesta sexual, especialmente para la erección y la excitación femenina.

El problema es que el estilo de vida moderno ha estado saboteando todos estos mecanismos.

Si tu libido es baja, tu rutina podría ser la principal culpable. La vida moderna ha alterado drásticamente los estímulos naturales de nuestro cuerpo, reduciendo el deseo sexual y debilitando la conexión entre la mente y el cuerpo.

• Estrés y trabajo excesivos: los niveles altos de cortisol bloquean la producción de testosterona y agotan la dopamina. Si tu mente está sobrecargada, tu cuerpo no ve la necesidad de activar el deseo.
• Falta de sueño de calidad: durante el sueño profundo, el cuerpo regula las hormonas esenciales para el deseo sexual. La falta de sueño puede reducir la testosterona hasta en un 15% en una semana.
• Estilo de vida sedentario: La falta de movimiento reduce la circulación sanguínea, disminuyendo la respuesta sexual. El corazón bombea menos sangre a los genitales, lo que afecta la excitación.
• Uso excesivo de tecnología: La exposición prolongada a pantallas reduce la producción de dopamina y altera la percepción del placer real. El consumo excesivo de pornografía también puede tener un efecto desensibilizante sobre el deseo sexual.
• Mala alimentación: Los alimentos ultraprocesados inflaman el cuerpo, alteran la producción de hormonas y comprometen la función vascular, esencial para la respuesta sexual.

Si usted se identifica con al menos uno de estos factores, su libido puede estar siendo saboteada silenciosamente. Pero hay una solución.

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Recuperar la libido no significa sólo aumentar el deseo sexual. Significa equilibrar el cuerpo y la mente para que el placer vuelva a ser natural.

Para ello hay cinco claves:

1. El poder del movimiento: El ejercicio físico aumenta la circulación sanguínea, mejora los niveles hormonales y reduce el estrés. Tan solo 30 minutos de actividad al día pueden aumentar los niveles de testosterona y estimular el deseo.
2. El sueño: tu mejor afrodisíaco: Dormir bien regula las hormonas y mejora la respuesta sexual. Crear una rutina de sueño y evitar las pantallas antes de acostarse puede traer resultados rápidos.
3. Alimentos que aumentan la libido: Los alimentos ricos en zinc, magnesio y arginina son esenciales para la salud sexual. Apuesta por:
   - Chocolate negro (estimula la dopamina)
   - Huevos (ricos en colina y testosterona)
   - Ostras (muy ricas en zinc)
   - Frutos secos y semillas (mejoran la circulación sanguínea)
   - Aguacate (fuente de grasas buenas que regulan las hormonas)
4. Reduce el estrés: Técnicas como la meditación, la respiración profunda y tomar descansos de tu rutina pueden ayudar a equilibrar tu sistema nervioso y reactivar tu deseo.
5. Evita las toxinas y estimulantes: el consumo excesivo de alcohol, cigarrillos y cafeína puede comprometer la circulación sanguínea y afectar negativamente la libido.

El deseo sexual no debe verse como una competencia. Varía de persona a persona y está influenciado por numerosos factores. No existe un estándar único de lo que es “normal”: lo importante es que tu libido esté alineada con tu bienestar físico y emocional.

Si la disminución del deseo sexual se acompaña de otros síntomas, como fatiga excesiva, falta de energía o irritabilidad, podría ser un signo de desequilibrio hormonal o metabólico. Consultar a un médico y hacerse pruebas puede ser esencial para identificar y tratar las posibles causas subyacentes, destaca el Dr. Ronan.

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Si tu libido es baja, no lo trates como un problema aislado. Considérelo como la alerta de su cuerpo ante algo que puede estar desequilibrado. ¿La buena noticia? Tienes control sobre esto. Pequeños ajustes en el estilo de vida pueden generar grandes cambios en el deseo sexual y la calidad de vida.

El secreto de una libido saludable es el equilibrio: entre cuerpo, mente, dieta y rutina. Si estás esperando una píldora milagrosa para resolver este problema, tal vez la respuesta esté en tus propios hábitos diarios.

Después de todo, el deseo es una manifestación de tu bienestar en su conjunto. Y ahora que ya sabes esto ¿Qué cambiará a partir de hoy?