Redacción El País
El envejecimiento saludable no se trata solo de verse bien, sino de evaluar qué tan alineado está el organismo con su edad biológica y qué hábitos pueden acelerar o ralentizar ese proceso. En un video publicado en su cuenta de Instagram, el dermatólogo español Emiliano Grillo explicó cuáles son los cinco marcadores clave para saber si una persona está envejeciendo al ritmo esperado… o más rápido de lo que debería.
Calidad del sueño: la base de la reparación celular
El especialista señala que el sueño profundo —la fase en la que el cuerpo lleva a cabo la mayor parte de su reparación celular— es fundamental para frenar el envejecimiento. Durante estas horas, se regulan hormonas, se equilibran procesos metabólicos y la piel se regenera con mayor intensidad. La evidencia científica coincide: dormir entre 7 y 9 horas, con ciclos continuos y de buena calidad, reduce la inflamación, mejora el sistema inmune y aporta firmeza y luminosidad a la piel.
Masa muscular y composición corporal: un seguro contra el paso del tiempo
El segundo indicador tiene que ver con la composición corporal. “Eso puede medirse con otros dispositivos que te dirán cuáles son los parámetros óptimos para tu edad”, afirma Grillo.
La masa muscular es uno de los principales predictores del envejecimiento saludable. Mantener músculos fuertes ayuda a: mejorar el metabolismo basal, sostener la postura, prevenir caídas, regular la glucosa y favorecer un sistema inmune más eficiente. La pérdida de masa muscular —que suele acelerarse a partir de los 40— está asociada a un envejecimiento biológico más rápido. Por eso, el entrenamiento de fuerza es una herramienta central para ralentizar ese proceso.
Energía estable: un reflejo de cómo funcionan las mitocondrias
“Mantener una energía estable a lo largo de la semana nos indicará que nuestras mitocondrias, que son la fábrica de energía de nuestro cuerpo, están en pleno funcionamiento”, afirma el dermatólogo. Las mitocondrias actúan como motores celulares. Cuando funcionan bien, el cuerpo cuenta con energía sostenida, mejor capacidad cognitiva y menor inflamación. Cuando fallan, aparecen señales como fatiga crónica, menor rendimiento físico y mayor estrés oxidativo, un factor clave del envejecimiento acelerado.
Hábitos como una alimentación equilibrada, ejercicio regular, descanso adecuado y la reducción del estrés ayudan a protegerlas.
Marcadores analíticos: la inflamación como reloj biológico
El cuarto punto está relacionado con los análisis de laboratorio. “La PCR y la interleucina 6 marcan la inflamación y, por lo tanto, si se está o no en un envejecimiento más rápido”, explica Grillo.
La inflamación crónica de bajo grado —también llamada inflammaging— es uno de los motores más estudiados del envejecimiento acelerado. Niveles elevados de marcadores inflamatorios pueden indicar que el cuerpo está sometido a estrés biológico continuo, lo que se asocia a mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, metabólicas y degenerativas.
Controlarlos periódicamente permite identificar desequilibrios y trabajar en estrategias preventivas: mejorar la dieta, ajustar el ejercicio, manejar el estrés o revisar posibles enfermedades subyacentes.
Hábitos de vida y coherencia general
Aunque en el video no lo desarrolla como un punto independiente, la evidencia científica sostiene que los “marcadores blandos” —como la alimentación, el manejo emocional, la exposición solar o el consumo de alcohol y tabaco— influyen de forma directa en estos cuatro indicadores.
Un organismo que duerme bien, se mueve con regularidad, mantiene un porcentaje saludable de músculo, tiene hábitos estables y presenta baja inflamación suele envejecer a un ritmo biológico más lento.
Más allá del interés creciente en medir la edad biológica, los especialistas coinciden en que estos marcadores deben interpretarse en conjunto y dentro del contexto de cada persona. Por eso, antes de sacar conclusiones apresuradas, se recomienda consultar con el médico de cabecera, quien podrá evaluar estos indicadores de manera integral, solicitar los estudios adecuados y trazar un plan personalizado para un envejecimiento saludable y sostenible.
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