Stephany Guzmán Ayala, El Tiempo/GDA
El raspador de lengua, también conocido como limpiador lingual, es una herramienta de plástico, acero inoxidable o silicona que suele ser implementada por las personas para eliminar los restos de comida tras el cepillado.
Si bien este hábito se ha popularizado en diferentes partes del mundo para combatir las bacterias de la boca y reducir la presencia del mal aliento, el uso inadecuado de este dispositivo puede producir daños importantes.
En vista de esto, el doctor Kelcey Loveland, de Celebrate Dental and Braces en Las Vegas, Estados Unidos, advierte sobre los pequeños cortes invisibles que se producen en la lengua al adoptar esta práctica de manera incorrecta.
De acuerdo con el experto, esta técnica contribuye con la salud bucodental, pero también puede generar problemas graves, que no necesariamente se limitan a la cavidad, ya que puede afectar a pacientes con condiciones cardíacas. Loveland considera que las personas que padecen afecciones en las válvulas del corazón deben ser cuidadosos con cualquier tipo de método e instrumentos que ingrese a la boca, debido a que estos pueden llevar bacterias al torrente sanguíneo.
Martina Bertolini, profesora asistente de medicina dental de la Universidad de Pittsburgh, Pensilvania (Estados Unidos), señala que rasparse la lengua de forma regular contribuye con la eliminación de placa que se acumula en las papilas. Recomienda incorporar esta práctica después del cepillado, pero solo en casos especiales como pacientes que presentan un olor desagradable en la boca o afecciones en las encías, debido a que son los únicos que realmente lo necesitan para mejorar su calidad de vida.
Además, aconseja no usar tanta fuerza al realizar el raspado para evitar heridas en la lengua.