El pescado azul cuyo consumo protege la memoria, cuida la piel y aporta colágeno de forma natural

La caballa es un pescado azul con alto contenido en omega-3, proteínas y vitaminas esenciales. Su consumo regular favorece la salud cerebral, mantiene la piel firme y ayuda a reducir el colesterol.

Pescado, caballa
Pescado, caballa
Freepik

Redacción El País
Desde la infancia, el consumo de pescado ha sido recomendado por generaciones como parte fundamental de una alimentación saludable. Más allá del consejo popular, la ciencia respalda sus múltiples beneficios, especialmente los de la caballa, un pescado azul rico en grasas saludables, proteínas y minerales esenciales.

De sabor agradable y precio accesible, la caballa destaca por su alto contenido en omega-3, un ácido graso que ayuda a equilibrar los niveles de colesterol, reduciendo el LDL (colesterol malo) y aumentando el HDL (colesterol bueno). Junto con otras especies como el salmón y la sardina, es una opción ideal para mejorar la salud cardiovascular.

Además, este pescado aporta vitaminas del grupo B (B6 y B12), fósforo —fundamental para el funcionamiento del cerebro y la memoria—, vitamina D y niacina, lo que lo convierte en un alimento muy completo.

Colágeno y salud de la piel

Uno de los aspectos más destacados de la caballa es su capacidad para favorecer la producción de colágeno. Con el paso del tiempo, la síntesis de esta proteína se reduce, lo que provoca pérdida de firmeza en la piel y molestias en las articulaciones. El consumo de alimentos ricos en colágeno o que estimulen su producción, como la caballa, puede ayudar a contrarrestar estos efectos y mantener la piel más saludable y elástica.

Un aliado del cerebro

El impacto positivo del omega-3 en la función cerebral ha sido ampliamente estudiado. La caballa es una fuente natural de DHA, un tipo de ácido graso esencial para el cerebro, ya que cerca del 35% de las grasas en este órgano pertenecen a esta categoría. Su consumo regular favorece la memoria, la concentración y la protección de las células neuronales.

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Caballa.
Foto: Commons.

Diversas investigaciones sugieren que una dieta rica en omega-3 puede reducir el riesgo de padecer enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y la demencia. Incorporar la caballa a la alimentación es una estrategia sencilla y eficaz para cuidar la salud cognitiva a largo plazo.

¿Cómo consumir la caballa?

Este pescado puede disfrutarse fresco o en conserva, sin perder sus propiedades nutricionales. Se puede integrar en ensaladas, guisos, a la parrilla o en preparaciones más elaboradas. Su versatilidad en la cocina la convierte en una opción práctica y saludable para incluir en la dieta habitual.

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