Redacción El País
La diabetes mellitus no solo representa una amenaza para el sistema metabólico, sino que también es una causa de pérdida visual permanente en adultos. Sin embargo, esta complicación puede evitarse si se actúa a tiempo. La oftalmóloga Luz Elena Concha del Río, especialista en enfermedades del ojo, advierte que muchas de las consecuencias visuales asociadas a la diabetes podrían prevenirse con un diagnóstico temprano y seguimiento médico adecuado.
Los altos niveles de glucosa en sangre deterioran los vasos sanguíneos del cuerpo, incluidos los que nutren al ojo. Esta afectación vascular comienza con inflamación y pequeñas fugas, que con el tiempo alteran la visión. "Es un proceso silencioso, pero constante", explicó la especialista. De ahí que la vigilancia continua sea fundamental desde el momento del diagnóstico.
Examen ocular: el primer paso
Un control oftalmológico anual puede detectar a tiempo señales tempranas de daño ocular. Esta evaluación incluye revisión de agudeza visual, medición de la presión intraocular y un análisis detallado del interior del ojo mediante dilatación pupilar, conocido como fondo de ojo.
Cuando ya existe daño visual, la frecuencia de estas consultas debe aumentar, llegando a ser cada dos o cuatro meses, dependiendo de cada caso.
Cataratas, glaucoma y visión borrosa: los efectos posibles
Entre las complicaciones más comunes destaca la retinopatía diabética, que ocurre cuando los vasos de la retina se inflaman o cierran. Si este daño alcanza la mácula —la zona encargada de la visión central— puede desencadenarse un edema macular, que compromete la vista rápidamente.
En etapas avanzadas, la enfermedad puede causar hemorragias internas, isquemia o incluso una forma grave conocida como retinopatía proliferativa.
Pero los ojos pueden verse afectados de otras formas también. La diabetes acelera la formación de cataratas, incluso en personas jóvenes, y aumenta la probabilidad de desarrollar glaucoma. Además, las fluctuaciones en los niveles de azúcar pueden provocar visión borrosa transitoria. La doctora explica que es como si disolviéramos muchas cucharadas de azúcar en un recipiente con agua; el líquido se vuelve turbio.
La importancia de un enfoque médico integral
La especialista enfatiza que el cuidado visual en pacientes con diabetes no debe recaer únicamente en el oftalmólogo. Endocrinólogos, médicos generales, internistas y optometristas deben formar parte de un equipo coordinado que garantice la detección y tratamiento oportuno.
Mantener la glucosa bajo control es esencial no solo para cuidar la vista, sino para evitar complicaciones en órganos como los riñones o el sistema nervioso. Además del seguimiento médico, incorporar hábitos saludables puede marcar una diferencia importante; son acciones que refuerzan la salud visual y general.
En base a información de El Universal/GDA