Día Mundial de la Hepatitis: qué tipos de hepatitis existen y cuál es su prevalencia en Uruguay

Para prevenir, detectar a tiempo y actuar frente a los distintos tipos de hepatitis, es importante conocer sus diferencias; para algunas hay vacunas, para otras no.

Mujer recibe una vacuna.
Mujer recibe una vacuna.
Foto: Archivo El País.

Cada 30 segundos, una persona muere por complicaciones relacionadas con la hepatitis crónica, según datos de la Organización Panamericana de la Salud. Si no se toman medidas urgentes, la entidad estima que para 2040 esta afección causará más muertes al año en el mundo que la malaria, la tuberculosis y el VIH/sida combinados. Lo llamativo es que existen vacunas seguras, tratamientos eficaces e incluso cura para algunos tipos de esta enfermedad. Entonces, ¿qué falta?

Principalmente, información. El lema del Día Mundial de la Hepatitis 2025 —que se celebra cada 28 de julio— es ‘Hepatitis: conozcámosla para combatirla’ y aboga por la necesidad de eliminar la hepatitis de acá al 2030 para prevenir muertes y cáncer de hígado.

Una enfermedad que se propaga en silencio

La hepatitis vírica es una inflamación del hígado que causa enfermedad hepática grave y cáncer de hígado. De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año la forma crónica de esta afección causa 1,3 millones de muertes, en su mayoría por cáncer y cirrosis hepática. “Esto equivale a 3.500 muertes diarias, una cifra que pone esta enfermedad al nivel de la tuberculosis”, subraya la entidad.

Las hepatitis B y C se propagan silenciosamente y cada día se registran 8.000 nuevas infecciones. La mayoría de las personas que viven con hepatitis no saben que están infectadas y eso convierte al diagnóstico en una herramienta clave para detener el cáncer de hígado y otras consecuencias. Sin embargo, en la mayoría de los casos este llega cuando es demasiado tarde.

La OMS insiste en que hay vacunas, tratamientos curativos y herramientas de eficacia demostrada para detener la transmisión, pero que para salvar vidas “son necesarios un compromiso a nivel nacional, una inversión inteligente y unos sistemas de salud pública que incorporen en la atención primaria los servicios de tratamiento de la hepatitis”.

Síntomas y tipos de hepatitis

La enfermedad no siempre presenta síntomas —de hecho, el 80% de los casos de hepatitis C son asintomáticos—, pero, cuando lo hace, estos incluyen: fiebre, náuseas, vómitos, dolor abdominal, erupciones cutáneas, pérdida de apetito e ictericia (color amarillento de la piel). También es importante saber que la vacuna contra la hepatitis B está disponible para adultos y niños, y que los tratamientos orales seguros pueden curar la hepatitis C.

Para prevenir, detectar a tiempo y actuar frente a los distintos tipos de hepatitis, es importante conocer sus diferencias. La hepatitis A es transmitida por alimentos, agua contaminada, falta de higiene y contacto directo con una persona infectada, pero puede prevenirse con una vacuna. La hepatitis B, por su parte, se propaga a través de la sangre, la vía sexual y entre madre e hijo durante el parto, pero también existe una vacuna para prevenirla.

En cuanto a la hepatitis C, puede transmitirse por sangre, jeringas contaminadas y vía sexual y, aunque no hay una vacuna, sí puede curarse en tres meses con medicamentos. Luego, está la hepatitis D, que se propaga por sangre y vía sexual, pero sólo se contrae si previamente la persona tuvo hepatitis B así que puede prevenirse con la vacuna para la hepatitis B. Por último, la hepatitis E es transmitida por alimentos, agua contaminada y falta de higiene, y existe una vacuna autorizada en China que se ha utilizado en otros países como medida de respuesta a brotes.

Mujer en una consulta médica
Mujer en una consulta médica
Foto: Freepik

¿Qué pasa con la hepatitis en Uruguay?

Según la Guía nacional para el abordaje de las hepatitis B y C en los distintos niveles de atención del Ministerio de Salud Pública (MSP), en Uruguay se estima que estas infecciones son de baja prevalencia: menor al 2 % para el virus de la hepatitis B (VHB) y al 0,7 % para el de la hepatitis C (VHC).

La vacunación infantil contra la hepatitis B es obligatoria desde 1999 y la prevención de la infección perinatal se realiza por medio de la detección rutinaria de antígeno de superficie del VHB de todas las mujeres embarazadas, la inmunoprofilaxis de recién nacidos de madres con resultado positivo y la evaluación del tratamiento antiviral en la mujer. En cuanto a la seguridad de las transfusiones sanguíneas, el testeo de VHB se realiza en forma obligatoria desde 1985 y de VHC desde 1995.

En este sentido, la cartera asegura que “la barrera principal en la actualidad es el acceso a la detección de la hepatitis, para lo cual es necesaria la sensibilización de la comunidad médica y de la población general así como la instrumentación de programas de erradicación”.

Con respecto al tratamiento para la hepatitis C, su cobertura se realiza a través del Fondo Nacional de Recursos (FNR). El tratamiento es combinado e incluye antivirales de acción directa, que impiden la rápida multiplicación del virus en las células del paciente. El Fondo indica que la tasa de curación es de 9 de cada 10.

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