Redacción El País
La doctora María Dolores de la Puerta, experta en microbiota y salud intestinal, describió en el pódcast La Hoguera cómo las bacterias que habitan el intestino participan en la producción de moléculas esenciales para regular el estado emocional, entre ellas la serotonina, la dopamina y el Gaba.
De la Puerta explicó que su trabajo se orienta a mostrar que un intestino equilibrado no solo favorece la digestión, sino que también impacta en la salud mental.
“Neurotransmisores significa ‘palabras del sistema nervioso’, es decir, moléculas que produce el sistema nervioso en el contexto de las emociones. Cada emoción, pensamiento o sentimiento tiene una molécula detrás, tanto los positivos como los negativos”, señaló. La especialista precisó que la alegría y la felicidad se asocian con la serotonina, mientras que la calma y la sensación de paz dependen del Gaba.
El sistema nervioso entérico y su conexión con la microbiota
Según indicó, estas moléculas no se generan únicamente en el cerebro.
“Tenemos tantas neuronas en el intestino como en toda la médula espinal”, afirmó. Ese conjunto de neuronas forma el sistema nervioso entérico, que mantiene una comunicación constante con la microbiota. Esta interacción permite que las bacterias beneficien la producción de neurotransmisores y contribuyan a la estabilidad emocional.
Cómo la microbiota participa en la producción de serotonina
De la Puerta describió a la microbiota como uno de los órganos con mayor capacidad de interacción con el resto del cuerpo. Explicó que las moléculas que produce pueden atravesar la pared intestinal, ingresar en la sangre y llegar a órganos como el hígado, los huesos, la piel o el cerebro.
Cuando la microbiota está equilibrada, genera “moléculas buenas”, entre ellas ácidos grasos de cadena corta, neurotransmisores y péptidos neuroactivos. En ese contexto, la especialista destacó una proporción significativa: “El 90 % de la serotonina que circula por nuestro cuerpo está producida por las neuronas intestinales y solo el 10 % se encuentra en la cabeza”.
Gaba, serotonina y la comunicación intestino-cerebro
La doctora agregó que la síntesis de Gaba también depende de la actividad intestinal. “Si tengo la microbiota bien, me aseguro la producción de Gaba y serotonina, con lo cual mi estado de ánimo siempre va a ser mejor que con una microbiota desordenada”, afirmó.
Aunque la serotonina intestinal no atraviesa la barrera hematoencefálica, recordó que el intestino y el cerebro se comunican mediante el nervio vago, un canal de doble sentido que lleva información sensitiva y motora. Esa vía permite que las emociones respondan a la actividad intestinal y que el estado emocional influya a su vez en el sistema digestivo.
El nervio vago y los ácidos grasos de cadena corta
Por último, la especialista señaló que ácidos grasos como el butirato sí pueden cruzar la barrera hematoencefálica y estimular los receptores serotoninérgicos del cerebro, favoreciendo la producción central de serotonina.
Según explicó, el nervio vago coordina las señales que mantienen el equilibrio entre intestino y cerebro, regulando la generación de estas moléculas.
En base a El Tiempo/GDA