El sábado 21 de junio será el XI Día Internacional del Yoga y habrá un evento de acceso libre y gratuito con charlas, talleres y prácticas para todos los niveles. El encuentro tendrá lugar de 9 a 16 horas en la Intendencia de Montevideo bajo el lema ‘Yoga para una Tierra, una Salud’.
Para Tatiana Abadi, especialista clínico en Ayurveda formada en Hatha Yoga, esta disciplina es mucho más que un conjunto de movimientos corporales. “Nos guía hacia un estado de conexión con uno mismo y con los ritmos de la naturaleza”, sostuvo y añadió que cuando uno logra escucharse a sí mismo puede cultivar el respeto y la armonía. Abadi conversó con El País acerca del Ayurveda e invitó a aprovechar esta fecha para “conectar con cuerpo, mente y alma de forma integral”.
— ¿Qué lugar ocupa el Ayurveda en esta búsqueda de la armonía y la unidad?
— El Ayurveda y el Yoga son disciplinas hermanas que comparten una misma filosofía y un objetivo común: promover el bienestar integral del ser humano. Conciben la salud como un estado de equilibrio; uno que considera la estabilidad emocional, el buen descanso, el conectar con los ritmos de la naturaleza. No tiene que ver solamente con la alimentación. Se trata de construir un estilo de vida saludable, y ahí entra la meditación, las técnicas de respiración, todo lo que esté a nuestro alcance para lograr una vida más armoniosa.
Además, en Ayurveda se reconocen tres biotipos o doshas compuestos por los cinco elementos: éter, aire, fuego, agua y tierra. Si conocemos la constitución única de cada persona, podremos crear un estilo de vida, una alimentación e incluso una práctica de yoga que se adecúe a las necesidades particulares de cada quien.
— ¿Cuáles son los beneficios de seguir los principios del Ayurveda?
— Me gusta decir que es como ‘quitar los obstáculos que nosotros mismos le ponemos a nuestro cuerpo’. Cuando llevamos un estilo de vida ayurvédico logramos alinearnos con aquello que resuena en nosotros y no tanto con lo que hacemos porque estamos acostumbrados o por inercia. En este sentido, uno de los primeros indicios de que estamos bien encaminados es que se alivian síntomas que muchas veces naturalizamos, como un malestar digestivo o problemas de sueño. El objetivo final es desarrollar nuestro potencial y sentirnos plenos para alcanzar nuestros propósitos; descubrir para qué estamos acá y que las enfermedades, los dolores y los síntomas no se interpongan en ese camino de realización personal.
— ¿Cuáles son los principales desafíos a la hora de llevar un estilo de vida ayurvédico?
— En cuanto a la alimentación, el mayor desafío que observo tiene que ver con la cena. En esta línea de coordinarse con los ritmos de la naturaleza, el Ayurveda propone comer al atardecer y eso es lo que más cuesta; sobre todo en invierno, que cada vez atardece más temprano. Otra cosa que cuesta bastante son las salidas sociales. Estamos acostumbrados a comidas pesadas, como el asado. El Ayurveda no es necesariamente vegetariano, pero sí aconseja el consumo de proteína animal temprano para darle un tiempo adecuado de digestión previo a acostarnos.
— ¿Cómo podemos sobrellevar estos desafíos?
— Principalmente, escuchando al cuerpo. No se trata de restringirse sino de seguir con nuestra vida atendiendo nuestros límites y los mensajes que el propio organismo nos manda. Otro aspecto clave es que estas situaciones no deseadas sean la excepción y no la norma. O, por ejemplo, si no podemos cenar más temprano, quizás sí podemos enfocarnos en que esa comida sea lo más liviana posible o acompañarla con infusiones digestivas.
También es clave destacar que importa más cómo comemos —es decir, el estado mental con el que nos acercamos al alimento— que lo que está en el plato. Entender eso y llevarlo a la práctica también es parte del estilo de vida ayurvédico. Si hacemos algo que no está súper alineado con los principios ayurvédicos, sumar culpa o ansiedad probablemente nos traiga indigestión. Por eso, lo primero siempre es escucharnos, respetarnos y ser amables con nosotros mismos.
— ¿Cómo podemos comenzar a acercarnos a Ayurveda?
— Es importante tener un diagnóstico claro para entender cómo es nuestra constitución, nuestra naturaleza ayurvédica, y a partir de eso incorporar pequeños cambios en nuestro estilo de vida, poco a poco y con la guía de un especialista. Puede ser desde establecer horarios regulares para las ingestas hasta arrancar con una pequeña rutina de meditación o irnos a dormir un poquito más temprano. No hay una única forma de arrancar. Todo depende de los llamados que en ese momento nos haga el cuerpo.
Posturas de yoga para cada biotipo
Hay posturas y estilos de yoga recomendados según cada biotipo, indicó Abadi. Por ejemplo —señaló—, al dosha vata, que puede acarrear ansiedad, nerviosismo y trastornos del sueño, le sirve una secuencia lenta de posturas que impliquen apertura de pecho y caderas y posturas de piso.
En cuanto al dosha kapha, que suele tener mayor letargo o sensación de pesadez, le vienen bien posturas dinámicas y estimulantes, como el saludo al sol, mencionó. Por último, el dosha pitta suele tender a síntomas como inflamación y acidez por lo que puede recurrir a posturas calmantes, como respiraciones profundas, y evitar invertidas prolongadas que “lleven el fuego a la cabeza”.
El programa completo de este Día Internacional del Yoga está disponible en diadelyoga.uy. Cada persona debe llevar su propio mat para la práctica.
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