Cinco hábitos cotidianos en la cocina que pueden poner en riesgo tu salud y la de tu familia: cómo evitarlos

Aunque estas recomendaciones parezcan mínimos detalles, son precisamente esos hábitos invisibles los que marcan la diferencia entre una cocina saludable y una llena de riesgos.

Cocinar verduras
Mujer cocina con verduras.
Foto: Freepik.

Redacción El País
Aunque muchas recomendaciones culinarias parezcan exageradas, la realidad es que ciertos hábitos cotidianos en la cocina pueden exponer a las personas a riesgos silenciosos. Desde la forma de almacenar utensilios hasta el modo en que descongelamos los alimentos, pequeños descuidos pueden favorecer la proliferación de bacterias, contaminar la comida o acelerar el deterioro de materiales.

A continuación, una guía práctica para identificar y corregir algunos de los errores más comunes según expertos en seguridad alimentaria.

Apilar ollas y sartenes sin cuidado

Amontonar los utensilios de cocina puede parecer una forma rápida de ordenar, pero resulta poco eficiente e incluso riesgoso. El principal problema es el daño al recubrimiento antiadherente. Cuando las superficies se frotan entre sí, se liberan microplásticos y partículas tóxicas que terminan en los alimentos. Además, las tapas sueltas, la humedad entre piezas y el desorden dificultan la limpieza y pueden generar malos olores o moho.

Recomendación: organizar por tamaño, colocar separadores de tela o silicona entre piezas y evitar el roce directo del antiadherente.

Una persona limpiando una pequeña olla sucia.
Una persona limpiando una pequeña olla sucia.
Foto: Freepik.

Descongelar a temperatura ambiente

Este es uno de los errores más frecuentes y peligrosos. Cuando un alimento congelado queda varias horas fuera de la heladera, su superficie alcanza una temperatura que permite que las bacterias, antes inactivas, se multipliquen rápidamente.

Las autoridades sanitarias indican que los alimentos no deben permanecer más de dos horas en la “zona de riesgo”. Si la temperatura ambiente supera los 32 °C, ese límite baja a una hora.

Métodos seguros para descongelar:

  • En la heladera: lento pero seguro, siempre por debajo de los 4 °C.
  • En agua fría: el alimento debe estar en un envase hermético; el agua se cambia cada 30 minutos.
  • En microondas: solo si luego se cocina inmediatamente.

Usar sartenes de teflón rayados

Los utensilios antiadherentes requieren un cuidado especial. Cuando el teflón está rayado, burbujeado o desgastado, puede liberar pequeñas partículas del material que se mezclan con la comida.

Para prolongar su vida útil:

  • Desechar cualquier pieza dañada.
  • Utilizar espátulas de madera, silicona o plástico resistente al calor.
  • Evitar el fuego alto y el precalentamiento sin alimentos.
  • Considerar utensilios alternativos como hierro fundido, cerámica o acero inoxidable si se busca evitar compuestos químicos.

Reutilizar envases descartables

Los recipientes de yogur, crema, agua o comida para llevar suelen estar diseñados para un solo uso. Con el calor, el lavado o el uso repetido, sus materiales se degradan, liberan sustancias químicas y pueden acumular microorganismos en microfisuras.

Lo más seguro es transferir la comida a recipientes de vidrio o cerámica, especialmente antes de usar el microondas o el freezer.

Cortar carne
Persona corta un trozo de carne sobre una tabla.
Foto: Freepik.

Utilizar una sola tabla de picar para todo

Este hábito facilita la contaminación cruzada, uno de los principales motivos de intoxicaciones alimentarias. Al cortar carne cruda, vegetales y alimentos listos para consumir en la misma tabla sin desinfectarla entre usos, se transfieren bacterias peligrosas de un alimento a otro.

Buenas prácticas en la cocina:

  • Destinar una tabla exclusiva para carnes crudas (idealmente diferenciada por color).
  • Preferir tablas de madera dura, como arce o nogal, que generan menos hendiduras que atrapan bacterias.
  • Evitar dejar utensilios de madera en remojo, ya que absorben agua y pueden desarrollar hongos.

La seguridad alimentaria comienza en la cocina. Adoptar estos pequeños cambios no solo previene intoxicaciones, sino que prolonga la vida útil de los utensilios y mejora la calidad de las comidas. Aunque muchas de estas recomendaciones parezcan mínimos detalles, son precisamente esos hábitos invisibles los que marcan la diferencia entre una cocina saludable y una llena de riesgos.

En base a El Universal/GDA

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