El truco de Isabel Viña para que la pasta sea más saludable y ayude a controlar glucosa y triglicéridos

Un método sencillo recomendado por la endocrinóloga Isabel Viña propone enfriar y recalentar pasta, arroz y papas para aumentar el almidón resistente, una fibra con beneficios metabólicos y digestivos.

Dos mujeres jóvenes comen pasta
Dos mujeres comen pasta en un restaurante
Foto: Freepik

Redacción El País
La médica endocrinóloga y nutricionista Isabel Viña popularizó un método simple para mejorar el impacto de alimentos tan cotidianos como la pasta, el arroz y las papas.

Estos carbohidratos, básicos en la mesa de muchas familias uruguayas, aportan energía a través de hidratos de carbono complejos, pero su consumo excesivo o muy refinado puede elevar la glucosa en sangre y dificultar la regulación del peso corporal.

El beneficio del enfriamiento: más almidón resistente

El planteo de Viña apunta a modificar la estructura del almidón para que parte de estos alimentos se convierta en almidón resistente, una fibra prebiótica con efectos positivos sobre la microbiota intestinal y el metabolismo. Según explicó la profesional, después de cocinar estos alimentos y cuando ya no largan vapor, conviene guardarlos en la heladera por unas 12 horas. “Ese reposo en frío genera un tipo particular de fibra con efectos metabólicos interesantes”, señaló en redes.

Esta transformación favorece la digestión, ayuda a estabilizar los niveles de triglicéridos y colesterol, y colabora en la regulación de la insulina y la presión arterial. Además, el mayor efecto saciante del almidón resistente contribuye al control del apetito, algo clave para quienes buscan ordenar su alimentación.

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Plato de pasta.
Foto: Flickr.

Cómo consumirlos luego: fríos o recalentados

Tras ese tiempo de refrigeración, existen dos opciones: consumir arroz, pasta o papas frías, o volver a calentarlos. Viña sostiene que esta última alternativa puede potenciar aún más la presencia del almidón resistente tipo tres. El proceso —conocido como retrogradación del almidón— permite que estos alimentos tradicionales se conviertan en una versión más equilibrada y beneficiosa sin modificar su sabor ni su uso habitual en la cocina.

harinas, pasta

Si bien la especialista remarca que lo ideal es que la fibra provenga principalmente de frutas, verduras, granos integrales y frutos secos, reconoce que no siempre se llega a los valores recomendados. Por eso, este ajuste en la preparación se presenta como una estrategia práctica para quienes buscan sumar calidad nutricional sin eliminar alimentos clásicos del menú.

En base a El Tiempo/GDA

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