Del 17 al 30 de noviembre, Uruguay vivirá una nueva edición de la Semana de la Cocina Italiana, organizada por la Embajada de Italia, el Instituto Italiano di Cultura y la Accademia Italiana della Cucina.
El lema de esta décima edición será La cocina italiana: entre salud, cultura e innovación, y el evento busca revalorizar los sabores, ingredientes y tradiciones que hacen única a la gastronomía del país europeo.
Durante estos días, más de quince restaurantes ofrecerán menús especiales inspirados en la dieta mediterránea y este año los postres tendrán un papel protagónico gracias a la participación de Loretta Fanella, una de las pasteleras más reconocidas de Italia y propietaria de Loretta Fanella Pastry Experience. Formada junto a grandes chefs europeos, Fanella combina innovación y tradición en creaciones que sorprenden por su estética y sabor.
En el marco de su visita a Uruguay, la profesional estará presente en varias actividades, entre ellas una merienda exclusiva que se realizará el martes en la residencia de la Embajada de Italia, una masterclass sobre panettone y pandoro y una cena junto a la chef Giovanna Mederos en el Radisson Victoria Plaza Hotel. Antes de su llegada, conversamos con ella sobre su trayectoria, su filosofía y el arte de crear postres que emocionan.
—¿Será tu primera vez en Uruguay?
— Sí, y no puedo esconder la emoción. Para mí es un honor y un placer participar en la Semana de la Cocina Italiana y tener la oportunidad de conocer un país tan rico en historia, cultura y hospitalidad como es Uruguay. Además, me encanta pensar que, de algún modo, sigo los pasos de Garibaldi, que aquí también dejó una huella con Anita (Giuseppe Garibaldi, quien vivió en Uruguay y luchó en la defensa de Montevideo junto a su esposa Anita). Por eso llegar a Uruguay tiene para mí un significado muy especial: es como encontrar una parte de nuestra historia fuera de casa. Estoy deseando descubrir Montevideo, su gente y su cultura.
—¿Qué te inspira a la hora de crear un postre?
— Cada creación nace de una emoción, de una historia que quiero contar a través del sabor. A veces el punto de partida es un ingrediente, otras una textura, un recuerdo o incluso una melodía. La técnica es el lenguaje que me permite expresarme, pero lo esencial es lo que quiero transmitir.
La estética es parte del mensaje: un postre debe hablar también con la vista. La belleza prepara al paladar y amplifica la experiencia. Pero lo más importante es que detrás de cada forma haya alma.
—¿Qué te gustaría compartir con el público uruguayo?
— Espero sobre todo compartir cultura y pasión. Mi deseo es mostrar cómo la pastelería italiana une tradición, investigación y sensibilidad. Y al mismo tiempo, aprender de los colegas uruguayos, de sus ingredientes y de su forma de vivir la gastronomía. Creo que los intercambios verdaderos nacen del respeto y de la curiosidad mutua.
—¿Cómo se plasma la identidad italiana en tus creaciones?
— Italia está siempre conmigo en el equilibrio, en la armonía de los sabores, en el respeto por el tiempo y por la materia prima. Sobre todo, Italia es el corazón del Mediterráneo y, como tal, un crisol de culturas: los árabes que comerciaban con Oriente, por ejemplo, nos dejaron muchos ingredientes, especias y recetas que hemos podido perfeccionar. La capacidad de innovar es el elemento que más me gusta de Italia y que intento celebrar en mi idea de elaboración de pastelería.
—¿Después de varios reconocimientos, incluido el de Mejor Pastelera del Mundo, ¿qué sueños o desafíos te motivan actualmente?
— Mi gran motivación hoy es formar a los jóvenes y transmitirles el valor del oficio. Quiero seguir viajando, aprendiendo, creando puentes entre culturas. La pastelería está evolucionando hacia una dimensión más consciente y emocional, y me gusta pensar que puedo contribuir a ese cambio: menos azúcar, más autenticidad, más alma.
—Trabajaste en lugares que marcaron la historia de la gastronomía, como El Bulli. ¿Qué huella te dejaron en tu manera de pensar la pastelería?
—El Bulli me enseñó a pensar libremente, a no tener miedo de romper esquemas. Ferran Adrià cambió mi forma de entender la creatividad: me mostró que detrás de cada plato puede haber una idea, un concepto. Esa visión me acompañó siempre, pero sin olvidar que la emoción es lo que da sentido a la técnica. La técnica por sí sola no basta, debe servir para conmover.
—En un mundo donde la pastelería se vuelve cada vez más técnica, ¿cómo mantenés viva la parte emocional, artesanal y humana del oficio?
— Trabajando con las manos. Tocando la masa, oliendo, escuchando los sonidos del horno. No quiero perder esa conexión física con el producto. El secreto está en no olvidar por qué empezamos: por amor. La tecnología ayuda, pero el alma de un postre nace del gesto humano, del tiempo que se le dedica, del respeto por la materia.
—¿Hay algún ingrediente, sabor o textura que se haya vuelto tu sello personal?
—Me encantan las texturas ligeras, los contrastes entre crujiente y cremoso, y los aromas cítricos. Creo que mi sello está en el equilibrio, en lograr que un postre sea elegante y delicioso al mismo tiempo. El limón, por ejemplo, es un sabor que aparece a menudo en mis creaciones. Aporta luz, frescura y un toque de emoción.
—¿Qué significa para vos que un postre emocione?
—Significa que ha tocado algo dentro de la persona. Cuando alguien prueba un postre y se le escapa una sonrisa o un recuerdo, ese es el momento más bello. La perfección técnica se olvida; la emoción, no. Esa es la verdadera meta de mi trabajo.
Una semana dedicada a la tradición italiana
Los postres serán protagonistas de la décima edición de la Semana de la Cocina Italiana en Uruguay y contará con la participación de nada menos que Fanella, reconocida pastelera italiana y fundadora de Loretta Fanella Pastry Experience.
La experta será una de las figuras centrales del evento y participará en distintas propuestas. El lunes 17 de noviembre, por ejemplo, estará presente en el Instituto Italiano di Cultura di Montevideo ya que a las 19 horas se realizará la presentación Il gelato italiano, a cargo del antropólogo italiano Dario Caccamisi. Será una actividad con entrada libre, sin inscripción previa.
En tanto, el martes a las 17:30 horas, en la residencia de la Embajada de Italia en Montevideo habrá una merienda exclusiva preparada por la pastelera, en este caso con acceso únicamente por invitación. El miércoles a partir de las 15 horas la italiana estará en el Centro de Industriales Panaderos del Uruguay para compartir una masterclass profesional sobre panettone y pandoro. El jueves a las 20:30 horas dará una cena especial en el Radisson Victoria Plaza Hotel junto a la chef Giovanna Mederos. Las reservas para esta noche se realizan a través del 092 394 397, 2902 0111.
Además, durante toda la semana, habrá varios restaurantes locales que se suman a la celebración con platos especialmente prensados para homenajear la tradición italiana. Por más información sobre los locales adheridos, la Embajada de Italia en Uruguay está en Instagram:
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