Redacción El País
Si sos fan de las ensaladas, seguramente disfrutas unas zanahorias bebé o ralladas como snack saludable. Su versatilidad en la cocina y su sabor dulce las convierten en uno de los vegetales más apreciados.
Pero quizás hayas escuchado que comer zanahorias puede cambiar el color de la piel. No es motivo de alarma: se trata de un fenómeno llamado carotinemia, y es completamente reversible.
Según Cleveland Clinic Health Essentials, las zanahorias son un alimento rico en nutrientes. Media taza de zanahorias crudas aporta aproximadamente 33 mg de calcio, 320 mg de potasio y 0,3 mg de hierro, junto con 2,8 g de fibra y apenas 0,2 g de grasa.
Además, son una excelente fuente de vitamina A, derivada de los carotenoides que protegen el organismo de infecciones y ayudan a disminuir el riesgo de ciertos tipos de cáncer, como el de próstata, colon, estómago y mama. Comer zanahorias también contribuye a reducir el colesterol y puede favorecer la pérdida de peso.
¿Puede la zanahoria cambiar el color de la piel?
El efecto más curioso de este vegetal ocurre cuando se consume en grandes cantidades: la piel puede adquirir un tono anaranjado, especialmente en la cara. Esto sucede porque el exceso de betacaroteno, responsable del color característico de la zanahoria, se acumula temporalmente debajo de la piel.
Este fenómeno no es permanente ni peligroso. El cuerpo gradualmente convierte el betacaroteno en vitamina A, y la tonalidad desaparece en pocas semanas sin necesidad de tratamiento. La Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria asegura que la carotinemia no requiere medicación y solo se corrige con la disminución del consumo excesivo de zanahoria.
En conclusión, las zanahorias siguen siendo un alimento altamente saludable, y el cambio de color de la piel solo ocurre en situaciones de consumo muy elevado. Disfrutarlas con moderación garantiza todos sus beneficios sin efectos secundarios.
En base a El Universal/GDA