Cuál es el mejor momento para consumir yogur y aprovechar sus beneficios en digestión, huesos y peso

Redacción El País
El yogur es uno de esos alimentos que tienen buena prensa en la mesa diaria, pero su impacto en la salud no depende solo de la calidad, sino también del momento en que se lo consume.

Su riqueza en probióticos, proteínas, calcio y vitamina D lo convierte en un aliado de la digestión, de los huesos y del control del peso.

Para que las bacterias benéficas presentes en el yogur lleguen vivas al intestino, lo ideal es incorporarlo en las comidas o hasta media hora antes. En esos momentos, el estómago no está tan ácido, lo que facilita que los probióticos como los lactobacilos puedan ejercer mejor su función y colaborar en la regulación de la microbiota intestinal.

Sustituir picoteos poco saludables por un yogur natural sin azúcar es una estrategia sencilla para reducir calorías y aumentar la saciedad. Su aporte de proteínas y calcio contribuye a controlar el apetito, lo que ayuda a mantener un peso equilibrado sin necesidad de hacer grandes sacrificios. Por eso, puede funcionar muy bien como desayuno liviano o como colación entre comidas.

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El consumo regular de yogur también suma puntos a la salud ósea. Su aporte de calcio, proteínas y vitamina D resulta clave para prevenir la pérdida de densidad ósea con el paso del tiempo. Incluirlo en el desayuno o después de hacer ejercicio es una manera práctica de aprovechar mejor estos nutrientes y favorecer la recuperación muscular junto con la fortaleza de los huesos.

A la hora de comprar, conviene optar por yogures naturales, sin azúcar agregada, y mejor aún si son del tipo griego, que concentran más proteínas y mantienen un perfil nutricional más completo.

En definitiva, no se trata solo de comer yogur porque sí, sino de hacerlo en el momento adecuado y con la elección correcta, para que este clásico de la heladera despliegue todo su potencial en la salud diaria.

En base a El Tiempo/GDA