Redacción El País
En un mundo cada vez más atento a lo que comemos, la avena se posiciona como uno de los cereales más completos y energéticos que existen.
Según información de la Clínica Mayo, compartida por medios especializados, este grano integral no solo supera en beneficios a la quinoa y al arroz integral, sino que es una excelente herramienta para quienes buscan mantenerse activos, nutridos y saciados por más tiempo.
Energía sostenida y sin altibajos
Lo que distingue a la avena es su capacidad para liberar energía de manera constante, sin generar los típicos picos y caídas que provocan otros alimentos refinados. Esto se debe a su contenido en carbohidratos complejos, que se digieren lentamente, y a su riqueza en fibra soluble, que regula la absorción de glucosa y prolonga la sensación de saciedad.
Al incorporar avena en el desayuno, se logra una base energética estable que permite rendir mejor física y mentalmente durante la jornada. Además, es rica en proteínas, vitaminas del grupo B y minerales como hierro, magnesio y zinc.
Aliada del corazón y la digestión
La avena contiene beta-glucano, un tipo de fibra soluble con probados efectos beneficiosos sobre la salud cardiovascular. Este componente ayuda a disminuir los niveles de colesterol LDL —el conocido “colesterol malo”—, y con ello, reduce el riesgo de enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares.
Al mismo tiempo, su fibra favorece la digestión, mejora el tránsito intestinal y contribuye a una microbiota intestinal más saludable. Esta combinación de efectos convierte a la avena en un alimento clave tanto para la prevención como para el bienestar general.
Ideal para controlar el peso
Otro de los aportes relevantes de la avena es su capacidad para mantenernos satisfechos durante más tiempo. Esa saciedad prolongada no solo ayuda a evitar picoteos o elecciones poco saludables, sino que facilita el control del peso corporal. Según los especialistas, quienes consumen avena con regularidad tienden a reducir su ingesta calórica sin sentir hambre constante.
¿Avena instantánea o integral? Elegí bien
La Clínica Mayo hace una aclaración importante: no todas las formas de avena son iguales. Si bien la avena instantánea puede ser práctica, suele estar más procesada y con menos nutrientes. La avena tradicional o integral, en cambio, conserva las tres partes del grano y ofrece más fibra, más vitaminas y un índice glucémico más bajo. Esto significa que su impacto sobre el azúcar en sangre es más controlado y saludable.
Cómo sumarla a tu alimentación diaria
La avena es tan versátil como nutritiva. Puede usarse en el clásico desayuno cocido con leche o agua, o en preparaciones más modernas como la “overnight oats” (avena remojada de un día para el otro). También es ideal para hacer granola casera, galletas, panqueques, licuados o incluso usarla como base para hamburguesas vegetales.
Para potenciar sus beneficios, los nutricionistas sugieren combinarla con frutas frescas, frutos secos y semillas. Estas combinaciones suman antioxidantes, grasas saludables y proteínas, logrando un perfil nutricional muy completo.
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