Alimentos que parecen saludables, pero no lo son: cómo elegir mejores productos para niños en el supermercado

Nutricionista explica qué hay que considerar a la hora de hacer las compras y señala cinco alimentos que aparentan ser nutritivos, pero en realidad son ultraprocesados.

Familia supermercado
Familia en el supermercado.
Foto: Freepik.

Una gran variedad de alimentos para niños se presentan como opciones saludables, cuando, en realidad, no lo son tanto. Así lo advierte Ana Carolina Ardite Alves, nutricionista y gerente de relaciones médicas de Papapá, quien señala que varios productos ampliamente consumidos por los niños entran en la categoría de ultraprocesados.

Estos alimentos se caracterizan por haber pasado por múltiples etapas industriales y suelen contener altos niveles de sal, azúcar y grasas, además de aditivos, colorantes, saborizantes y conservantes que no se emplean en la cocina casera. Aunque se perciben como prácticos o incluso saludables, la realidad detrás de su etiqueta puede ser muy distinta.

De acuerdo con la nutricionista, estos son cinco productos que suelen considerarse adecuados para niños, pero que no lo son:

  1. Yogures infantiles con sabores y colorantes: tienen una alta concentración de azúcar.
  2. Jugos en caja: carecen de fibra y pueden contener aditivos o azúcares ocultos.
  3. Galletas infantiles: a menudo elaboradas con harinas refinadas, azúcares y emulsionantes. Algunas aparentan ser integrales, pero son bajas en fibra.
  4. Cereales para el desayuno: frecuentemente contienen grandes cantidades de azúcar y colorantes, a pesar de su presentación como “enriquecidos con vitaminas”.
  5. Cupcakes envasados: incluyen estabilizantes, conservantes y altos niveles de azúcar, además de otros ingredientes poco comunes en preparaciones caseras.
Frutas y verduras
Madre e hija comprando frutas y verduras.
Foto: Freepik.

Cómo identificar alimentos saludables

Ana Carolina recomienda revisar cuidadosamente la lista de ingredientes como primer paso para reconocer alimentos más saludables. “A menudo, un producto se comercializa como natural o integral, pero su composición es amplia, con sustancias que no se encuentran en una dieta casera”, advierte.

Pautas para una mejor elección:

  • Verificar que los ingredientes sean sencillos y conocidos, como frutas, cereales y aceites vegetales.
  • Evitar azúcares ocultos, que pueden figurar con nombres como maltodextrina, jarabe de glucosa, dextrosa o sacarosa.
  • Elegir productos sin colorantes, saborizantes ni estabilizadores artificiales, cuya presencia suele delatarse por nombres complejos como inosinato disódico o nitrito de sodio.
  • Preferir listas de ingredientes cortas.
  • Observar que el primer ingrediente listado sea el más abundante en el producto (por ejemplo, en el pan integral debería ser “harina integral”).

Además, la nutricionista señala que frases promocionales como “rico en fibra” o “con vitaminas” no garantizan que el producto no sea ultraprocesado.

Mejorar la calidad nutricional de la dieta infantil no requiere soluciones complejas, sino elecciones cotidianas más conscientes. “No todos los alimentos procesados son iguales. Por eso, es importante saber qué hay detrás de cada etiqueta”. Algunas opciones recomendadas como sustitutos incluyen:

  • Yogures sin azúcar añadido, elaborados con ingredientes naturales y simples.
  • Galletas hechas en casa o con ingredientes reconocibles, especialmente para niños menores de dos años. Una opción sugerida es preparar muffins sencillos de banana y avena.
  • Sustituir cereales azucarados por avena o mezclas de cereales sin azúcar añadido.

“El objetivo es ofrecer alimentos que respeten el desarrollo del paladar infantil y no acostumbren al niño al exceso de azúcar, sal y aditivos desde pequeños”, afirma la profesional.

O Globo/GDA

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