Dolor abdominal, micciones frecuentes, ardor… Las infecciones urinarias pueden ser muy molestas y emocionalmente agotadoras, aún más si se repiten con frecuencia. La chef pastelera y coach en Nutrición Integrativa, Lucía Ciganda, lo vivió de primera mano y descubrió que podía cambiar su vida si modificaba sus hábitos; sobre todo, su alimentación.
Nació en Uruguay, pero hace diez años vive en Europa. Trabajó en restaurantes con tres estrellas Michelin, fue chef invitada en la semifinal de MasterChef España en 2018 y hoy acompaña a personas de todo el mundo que sufren de hinchazón, candidiasis, colon irritable, infecciones urinarias o cansancio crónico para que sanen y recuperen su energía y confianza. De todo esto habló con El País.
— Hasta 2021 trabajaste como chef pastelera. ¿Qué te llevó a meterte en el mundo de la salud y la nutrición?
— Justamente, comía muchos dulces y trabajaba muchas horas, y empecé a tener reflujo, inflamación e infecciones urinarias recurrentes. Al principio iba al médico, me recetaban medicamentos y la infección se iba, pero eso comenzó a repetirse cada dos o tres semanas. Tenía 26 años, vivía en Barcelona y era chef en restaurantes de tres estrellas Michelin, y recuerdo que entre turno y turno corría a la farmacia para comprar antibióticos porque estaba muerta de dolor. Además, era desgastante a nivel emocional. Fue ahí que se me prendió la lamparita y pensé: ‘Esto no puede ser normal. No puede ser que esté tomando antibióticos todos los meses’.
Quería encontrar la causa real. A veces uno toma medicamentos, que no está mal, pero con eso solo tapa el problema y no encuentra realmente por qué sucede… Así que me puse a estudiar. Siempre me gustó todo lo que tiene que ver con alimentación saludable, pero —un poco debido a lo que me dedicaba— no encontraba el momento ni la oportunidad para integrarlo en mi vida. Comencé leyendo libros y artículos en internet y luego completé el Health Coach Training Program del Institute for Integrative Nutrition (Instituto de Nutrición Integrativa, en español) y el Grado Superior en Dietética de Linkia FP Madrid. Realicé yo misma protocolos de reparación intestinal, cambios de alimentación y cambios de hábitos. Y nunca más volví a sufrir infecciones.
— ¿Cómo se vincula la alimentación con las infecciones urinarias?
— Si son recurrentes, significa que hay un desequilibrio interno. Y ahí es cuando entra el tema del intestino y la microbiota porque, además de digerir los alimentos, son la base de nuestro sistema inmune, que nos defiende de infecciones y enfermedades. Cuando el intestino está dañado, nuestras defensas bajan y se abre la puerta a todo tipo de afecciones. ¿Y qué daña el intestino? Exponerse constantemente al azúcar, a los alimentos ultraprocesados, al alcohol, al estrés, a los antibióticos… Todo eso daña la barrera del intestino, que de por sí es permeable, pero entonces se vuelve hiperpermeable, lo que se conoce en inglés como ‘leaky gut’. El resultado es la inflamación, el deterioro del sistema inmune y una mayor propensión a infecciones.
— ¿La solución es dejar de consumir eso que mencionás o reducir la cantidad?
— No se trata de eliminar alimentos de la dieta, pero sí de seguir un protocolo durante algún tiempo para sanar el intestino y promover la salud, y también de construir un estilo de vida saludable más allá de la alimentación. Dormir bien, respetar los ritmos circadianos, exponerse al sol, reducir el estrés; todo eso mejora el sistema inmune. Entonces, la idea no es nunca volver a consumir ciertos productos, pero sí evitar durante un tiempo la ingesta de alimentos inflamatorios e irritantes para el intestino, que son el azúcar, los ultraprocesados, el alcohol, el gluten y los cereales, que tienen una proteína similar a la del gluten. De esta manera, es posible darle un descanso real al intestino y lograr que se repare. Además, es importante incorporar frutas, verduras, pescado, huevo, carne magra, grasas saludables, alimentos fermentados… Eso es en general, luego se ve cada caso de acuerdo con sus intolerancias o sensibilidades particulares.
— Decís que hay que seguir este protocolo durante “algún tiempo”. ¿Cuánto, exactamente?
— Siempre depende de qué tan mal esté la persona. Como mínimo son tres meses, y luego se puede ver caso a caso. Es posible que en las primeras semanas uno empiece a sentir cambios, pero para reparar el intestino y balancear la microbiota, se necesita tiempo y constancia.
Otro aspecto clave en los protocolos de reparación intestinal es no comer constantemente. El cuerpo gasta mucha energía en hacer la digestión, así que, si queremos reparar el intestino y mejorar el sistema inmunológico, necesitamos darle una pausa para que pueda enfocar esa energía en repararse. Eso no significa dejar de comer, pero sí reducir el número de ingestas; por ejemplo, pasar de cuatro o cinco al día, a tres, dos o una, dependiendo de cada persona. Pero haciendo comidas más copiosas; que estén todas las calorías y los nutrientes necesarios.
— Y una vez que se logra el objetivo, tampoco se trata de volver a lo de antes, ¿no?
— Sí y no. Una vez que la persona deja de tener, por ejemplo, infecciones urinarias, la idea es que pueda volver a tener cierta normalidad. Somos seres sociales y la comida es parte de nuestra cultura; eso incluye el disfrute, el salir a comer, el compartir con amigos y familiares. Es importante ser estrictos durante un tiempo, sí, y luego tampoco recomiendo volver a comer productos ultraprocesados simplemente porque no se lo aconsejo a nadie, aunque estén sanos, pero si un día queremos darnos un gusto y consumir algo que se sale de lo que es la alimentación natural, podemos hacerlo.
— ¿Qué aconsejás para mantener el protocolo de forma estricta y adoptar hábitos saludables sin abrumarse en el proceso?
— Para empezar, preparaciones fáciles. Me gusta mucho combinar esto de la nutrición y la alimentación saludable con mi lado de chef; crear recetas y acompañar en la organización para que no resulte agobiante empezar un programa así. En cuanto a los hábitos, recomiendo ir de a poco, es decir, no se trata de empezar a hacer deporte, comer mejor y dejar las pantallas antes de dormir, todo al mismo tiempo. Me gusta comenzar con la parte de alimentación, luego sumar la suplementación natural y más adelante, por ejemplo, mejorar la hidratación o, si la persona suele trabajar sentada y no se mueve mucho, sugerirle que camine diez minutos cada día. Al final no es tanto, pero a veces a nivel mental si uno quiere hacerlo todo junto, parece mucho. Por eso es tan importante el acompañamiento.
Una chef pastelera uruguaya que cocinó para famosos
Como chef pastelera, la uruguaya Lucía Ciganda dedicó cinco años de su vida a trabajar en restaurantes de tres estrellas Michelin en Barcelona —ABaC Restaurant, de Jordi Cruz, y Restaurante Lasarte by Martín Berasategui—, donde atendió a famosos como Sarah Jessica Parker, Pablo Alborán y Shakira. Contó que estuvo “re bueno” y que tenían que hacer como si fueran “una persona más”. Vivió en España y Holanda, y ahora está en Portugal, pero atiende de forma online, algo que siempre quiso para tener mayor libertad. Hoy, con 31 años de edad, sabe que algún día volverá a Uruguay, pero no sabe cuándo.
Además de programas y retos, en su página web es posible encontrar guías gratuitas con consejos —como realizar tres respiraciones profundas antes de comer y dejar al menos tres o cuatro horas entre cada comida— y recetas de desayuno, almuerzo y cena para un primer día "gut friendly" o "amigable con el intestino".
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