El desayuno sienta las bases de una alimentación equilibrada y proporciona la energía necesaria para realizar las actividades cotidianas. Sin embargo, aún persiste la duda sobre cuál es la hora ideal para romper el ayuno; teniendo en cuenta, además, que mucha gente saltea esta primera comida.
De acuerdo con revisiones sistemáticas, desayunar con regularidad se asocia a un menor riesgo de obesidad, diabetes tipo 2, enfermedades cardíacas e hipertensión. Si bien saltarse el desayuno no necesariamente causa daños, la mayoría de personas que lo omiten suelen tener hábitos poco saludables: fuman, consumen alcohol o llevan dietas altas en colesterol, grasas y calorías.
Además, tener un desayuno equilibrado permite al cuerpo obtener más nutrientes, facilita la actividad física y contribuye a una mejor gestión del estrés, promoviendo un estilo de vida saludable.
La nutrióloga Melisa Mitri sugiere esperar al menos 12 horas desde la última comida del día anterior para desayunar, lo que permite aprovechar los beneficios metabólicos del ayuno nocturno. Por ejemplo, si cenás a las 19:00 horas, lo ideal sería desayunar de las 7:00 en adelante. Esto también ayuda a sincronizar la alimentación con el ritmo circadiano (el reloj interno del cuerpo que regula procesos como el sueño, la liberación hormonal y el metabolismo).
Por su parte, la dietista Audra Wilson, colaboradora de Northwestern Medicine, recomienda ingerir el desayuno una hora después de despertar, lo que evita que se convierta en un refrigerio desordenado y mantiene una estructura alimentaria más saludable durante el día.
Desayunar todos los días con alimentos balanceados y en sincronía con los ritmos naturales del cuerpo puede traducirse en una mejor calidad de vida y amplios beneficios para la salud metabólica.
Dana Castillo, El Universal/GDA