Hacerse preguntas, y que nos las hagan, es parte de la condición humana. Desde los “¿Por qué?” con los que los niños azotan a sus padres cuando empiezan a tener una conciencia que va más allá de comer y jugar, hasta los cuestionarios que tenemos que llenar para hacer cualquier trámite, O aquellos que algunos se hacen constantemente como parte de sus reflexiones existenciales, como cuando llegan a cierta edad y eso provoca distintas crisis. las preguntas casi que nos acompañan desde la cuna a la tumba.
Hoy se celebra el Día Internacional de Hacerse Preguntas, una fecha que coincide con el natalicio de uno de los grandes cuestionadores de la historia, el físico Albert Einstein. No es que Einstein anduviera por ahí haciéndole (y haciéndose) preguntas a todos constantemente, pero el científico encarna esa actividad exclusivamente humana. Hasta hay un libro que lleva el título "Einstein el gran cuestionador", escrito por el economista argentino Bernardo Kliksberg, referencia internacional en tema de pobreza y desigualdad y quien ha estado en Uruguay dando conferencias en varias oportunidades.
No es por quitarle mérito a Einstein como cuestionador, pero él es un eslabón más en una ilustre cadena de pensadores y pensadoras que con sus preguntas dieron forma a la filosofía, desde Aristóteles hasta Byung Chul Han, pasando por Santo Tomás de Aquino, Emanuel Kant, Simone De Beauvoir y muchos más. Preguntas básicas como de dónde venimos, hacia dónde vamos y cuál es el sentido de la existencia han dado lugar a algunas de las más ilustres páginas en el gran libro del pensamiento humano.
Hoy que parece que está todo dicho, también parece que ya están todas las preguntas realizadas. De hecho, algunos pensadores más o menos contemporáneos han postulado que la imaginación humana -al menos en algunos aspectos- se dieron contra un muro y ahí se quedaron. El intelectual británico Mark Fisher (1968-2017) se refería en parte a esa aparente incapacidad actual de seguir cuestionando todo cuando acuñó su célebre frase “Es más fácil imaginar el fin del mundo que el fin del capitalismo”.
Pero las preguntas no solo pertenecen al campo de la filosofía o la metafísica. Cosas bastante más triviales -y entretenidas- viven y prosperan gracias a eso que va entre dos signos de interrogación. La historia de la televisión no sería lo que fue y es sin los programas de preguntas y respuestas. Esas propuestas televisivas han resistido a todo tipo de cambios y tendencias en las grillas de programación, y por más streaming y YouTube que haya, un programa como "Cien uruguayos dicen", conducido por Christian Font sigue encontrando audiencias entre los hogares nacionales. Poder responder a una serie de preguntas en una competencia sigue ejerciendo una fascinación difícil de igualar, aún cuando Internet y la inteligencia artificial parecen tener respuesta para todo.
Los juegos de mesa de preguntas y respuestas en tanto, también se instalaron definitivamente como una opción para pasar el tiempo y no debe haber mucha gente que no haya jugado alguna vez al Trivial Pursuit, un pasatiempo ideado por dos periodistas canadienses.
El Trivial Pursuit fue tan atrapante cuando salió a la venta que una empresa con mayores recursos que los inventores del juego se los compró y edificó un pequeño emporio, que luego fue adquirido por la aún más grande Hasbro, la multinacional de juguetes y juegos.
En total, las preguntas triviales del juego se extendieron por una gran cantidad de países y en muchos idiomas distintos. Luego vino otro gran éxito en base a preguntas, llamado justamente Preguntados, que este año cumple una década de historia (ver abajo).
Hacer y hacerse preguntas , además, es algo que incide decididamente sobre otra de las actividades exclusivamente humanas: hacer negocios. En un artículo de 2018 de la Harvard Business Review y titulado El sorprendente poder de las preguntas, las autoras postulaban que cualquier CEO o ejecutivo de negocios haría bien en emular a periodistas, médicos y abogados y aprender cómo es que se puede optimizar el acto de hacer una pregunta. “Es una actividad singularmente poderosa, que puede destapar mucho valor en una organización. Estimula el aprendizaje, la innovación y el desempeño”.
Diez años de preguntas y respuestas
Preguntados es el más reciente ejemplo del poder de los juegos de preguntas y respuestas. El juego llevó a la virtualidad un pasatiempo con siglos de historia, y “reinventó la forma en que disfrutamos de la trivia”. Primero, fueron los celulares los que fueron copados por el juego, pero luego eso llegó a otras plataformas, desde computadoras de escritorio hasta juegos de mesa a la vieja usanza. En su primer década de existencia, el juego es una actividad cotidiana para miles de personas en más de 180 países, y en 34 idiomas, de acuerdo a la comunicación oficial de la empresa responsable del título. “Es justo decir que todo comenzó con una pregunta”, dijo Máximo Cavazzani, fundador y director de etermax, la empresa responsable de desarrollarPreguntados para el gran público.