La filofobia es el miedo persistente e intenso a enamorarse o tener una relación romántica. Este miedo puede manifestarse como ansiedad o pánico ante la idea de una relación sentimental y dificultad para establecer vínculos emocionales.
Los individuos que padecen filofobia tienden a percibir los sentimientos relacionados con el amor y el enamoramiento como incontrolables y peligrosos, por lo que pueden vivir las relaciones interpersonales como una amenaza para su forma habitual de actuar y pensar, aunque por otro lado busquen normalmente afecto, cercanía y estabilidad.
Los síntomas emocionales de la filofobia son:
- Incapacidad para iniciar o mantener relaciones íntimas
- Temor a ser rechazado o sufrir emocionalmente
- Ansiedad o tensión en situaciones que involucran el contacto romántico
- Pérdida de interés en el romance o las relaciones
- Inestabilidad relacional
- Baja autoestima en el amor
- Dificultad para confiar en los demás
Y los síntomas físicos son:
- Ataques de pánico
- Aceleración y palpitaciones
- Opresión en el pecho o dificultades para respirar
- Sudoración
- Náuseas
¿Cuáles son las causas más frecuentes de filofobia?
- Traumas afectivos: el abandono de una figura paterna o materna, o violencia por parte de la misma.
- Malas experiencias en relaciones previas: haber padecido una relación con actitudes controladoras, múltiples discusiones o una monotonía de la que costó un gran esfuerzo salir.
- Una ruptura repentina de un fuerte lazo: resulta muy común sufrir ansiedad por una ruptura amorosa.
- Vínculos previos tóxicos o insanos: lazos que hayan generado dependencia.

Cómo superar el miedo a amar
En primer lugar, aceptar que uno tiene miedo. Si te has identificado con alguna de las conductas anteriores, puede que estés escondiéndote de tu miedo al amor. También podés revisar tus relaciones pasadas y analizar qué es lo que no funcionó. Esto te ayudará a ir abriendo los ojos. Luego, identificar con claridad cuál es el miedo. Podés plantearte: “¿qué es lo que más me asusta de amar?”
También es importante explorar los mecanismos de defensa más habituales. Localizar cuál es tu postura más frecuente te permitirá detectar más fácilmente en qué situaciones la estás poniendo en práctica. De este modo, descubrirás qué es lo que realmente te está asustando en cada caso. Por último, enfocarse en el presente. Cada día que amanece es distinto al anterior, ¿por qué esta relación tendría que ser igual a otra?
Las cosas no se resuelven de un día para otro y lo mejor siempre es consultar con un profesional de la salud mental.
Héctor Lazo, El Comercio/GDA
-
"Fatiga social": después de tres horas de socializar, la mayoría se siente cansado e irritado dice nuevo estudio
Mobbing laboral: cómo identificar el acoso psicológico en el trabajo y sus efectos en la salud mental
ChatGPT en la escuela: ¿Es posible usar la inteligencia artificial para cerrar la brecha digital en el aula?