"Fatiga social": después de tres horas de socializar, la mayoría se siente cansado e irritado dice nuevo estudio

La "fatiga social" no distingue entre introvertidos y extrovertidos, pero afecta de forma diferente según la personalidad.

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Foto: Helena Lopes/Unsplash.

Un estudio de la Universidad de Helsinki reveló que, después de tres horas de interacción social continua, la mayoría de las personas experimenta síntomas de fatiga, independientemente de si son introvertidas o extrovertidas.

La llamada fatiga social o agotamiento social se manifiesta en síntomas como cansancio físico y mental, dificultad para concentrarse, irritabilidad e incluso estados de ansiedad o tristeza. Aunque cualquier persona puede experimentarla, los expertos coinciden en que los introvertidos suelen sentirse agotados con mayor rapidez debido a una menor tolerancia a la estimulación prolongada.

El papel del sistema de recompensa

Según explicó el profesor de psicología Colin DeYoung, citado por 'Introvert, Dear', una de las claves para entender esta diferencia radica en el sistema de dopamina, un neurotransmisor relacionado con la sensación de recompensa y placer. “Los extrovertidos tienden a tener un sistema de dopamina más activo, lo que los hace más propensos a buscar estímulos sociales y a mantenerse energizados durante más tiempo”, indicó DeYoung.

En cambio, los introvertidos procesan la estimulación de manera más intensa, lo que puede llevar a un estado de sobresaturación sensorial. Esta condición explica por qué, en un entorno social ruidoso o muy dinámico, pueden sentirse exhaustos más rápido que sus contrapartes extrovertidas.

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Foto: Christian Chen/Unsplash.

Un fenómeno común y subestimado

Aunque el concepto de "resaca introvertida" no es un diagnóstico clínico, medios como 'Psych Central' y 'Psychology Today' señalan que el agotamiento social es una experiencia válida y frecuente. En sus publicaciones, describen cómo la fatiga puede aparecer de forma gradual y acentuarse con factores como el número de personas presentes, el tipo de interacción y la presión social.

Los primeros signos de agotamiento incluyen desconexión emocional, baja energía, problemas para dormir y dificultad para rendir en tareas cotidianas. Si no se atienden, estos síntomas pueden derivar en estados de ánimo depresivos, ansiedad y retraimiento social.

Estrategias para prevenir y manejar el agotamiento

Los especialistas recomiendan medidas como reconocer los propios límites, establecer tiempos de descanso entre eventos sociales y practicar actividades de autocuidado. Reservar momentos de soledad diaria, practicar la meditación, escribir un diario o reducir el uso de redes sociales son algunas de las estrategias sugeridas por 'Psych Central' para evitar el desgaste emocional.

También se recomienda prestar atención a los desencadenantes más frecuentes, como reuniones numerosas, obligaciones sociales prolongadas o ambientes con alta estimulación. Aprender a decir “no” y priorizar eventos significativos puede ser crucial para mantener el equilibrio emocional.

Un equilibrio necesario

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Foto: Alex Gallegos/Unsplash.

Tanto los introvertidos como los extrovertidos necesitan tiempo para recargar energías. Sin embargo, lo hacen de formas diferentes: mientras los primeros encuentran alivio en la introspección y la tranquilidad, los segundos suelen revitalizarse con la interacción social. Reconocer y respetar estas diferencias puede ayudar a reducir el estrés y mejorar la calidad de las relaciones interpersonales.

La investigación de la Universidad de Helsinki, citada por diversos medios especializados, refuerza la importancia de ajustar los hábitos sociales al propio ritmo. En un mundo cada vez más hiperconectado, aprender a desconectarse también es una forma de bienestar.

(El Tiempo - GDA)

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