Redacción El País
Un equipo de científicos alemanes ha encontrado una posible clave para detectar tempranamente el Alzheimer: el sentido del olfato.
La investigación, publicada en Nature Communications y liderada por Jochen Herms, de la Universidad de Múnich, identificó un Cmecanismo cerebral que podría explicar por qué la pérdida de olfato suele preceder a otros síntomas más evidentes de esta enfermedad neurodegenerativa.
Los investigadores descubrieron que, al detectar ciertos cambios químicos en neuronas específicas, el sistema inmunitario activa un ataque que daña las conexiones entre el bulbo olfatorio y el locus cerúleo, la zona cerebral encargada de procesar los olores.
Este hallazgo plantea la posibilidad de que alteraciones en la percepción de olores funcionen como señal temprana de Alzheimer, antes de que se manifiesten déficits cognitivos notorios.
Herms subraya que estos hallazgos podrían facilitar la identificación temprana de individuos en riesgo, permitiendo pruebas exhaustivas antes de que surjan problemas cognitivos graves.
La relación entre olfato y demencia ya había sido observada en estudios anteriores: una investigación longitudinal en Estados Unidos con casi 3.000 adultos mayores mostró que quienes tenían disminución del olfato tenían el doble de probabilidad de desarrollar demencia en cinco años.
Otro estudio de seguimiento de 12 años refuerza que la pérdida olfativa, sola o combinada con deterioro cognitivo, constituye un potente indicador de riesgo.
La relevancia de estos hallazgos se intensifica frente a los desafíos actuales del diagnóstico. En el Reino Unido, casi un millón de personas viven con demencia, pero los sistemas de salud a menudo detectan la enfermedad demasiado tarde. Una encuesta de la Sociedad de Alzheimer reveló que solo un tercio de los pacientes y cuidadores consideró satisfactoria la evaluación, y muchos consultaron a varios profesionales antes de obtener un diagnóstico adecuado.
Detectar alteraciones en el olfato podría convertir una experiencia cotidiana en una herramienta clínica accesible, aumentando la eficacia de los tratamientos existentes. Medicamentos como los anticuerpos contra la beta-amiloide funcionan mejor en etapas iniciales, y la identificación temprana de señales biológicas podría permitir intervenciones más oportunas y efectivas, mejorando las perspectivas de los pacientes.
En base a OGlobo/GDA