El próximo jueves 2 de noviembre se celebrará el Día Internacional de Ayurveda, una fecha dedicada a difundir y valorar esta medicina ancestral de origen indio que propone la unificación de cuerpo, mente y espíritu. El evento incluirá talleres y conferencias bajo la temática ‘Medicina ayurvédica, entre neurociencias y espiritualidad’. Uno de los oradores será el doctor argentino Alfredo Lauría, fundador y director del Centro Argentino de Medicina Ayurveda y Ciencias para la Salud (CEAMA), quien conversó con El País sobre la sinergía entre la sabiduría védica y el conocimiento científico occidental.
— ¿Cómo conviven ambos modelos en su trabajo?
— Se complementan perfectamente bien. Soy médico clínico, de familia, entonces hago todo el abordaje de la Medicina moderna, con la historia clínica tradicional y exámenes complementarios de ser necesarios, para llegar al diagnóstico de acuerdo a la clasificación de las enfermedades de la Medicina moderna. Después, hago el diagnóstico desde la perspectiva de la Medicina holística, porque soy médico ayurveda y también médico homeópata. De acuerdo al diagnóstico, se abren diferentes líneas de tratamiento, y utilizo con mayor frecuencia aquellos prescritos por la Medicina ayurvédica y homeopática.
— ¿Por qué?
— Primero depende de las características del paciente y del tipo de desequilibrios o enfermedades que padezca. Pero me inclino mucho más por el enfoque de la Medicina holística porque es mucho más amplio y, fundamentalmente, personalizado. Para la Medicina ayurvédica, en particular, interesa conocer más a la persona que tiene cierta enfermedad, que a la enfermedad presente en determinada persona.
— ¿Qué lo lleva a seguir trabajando también dentro del paradigma de la Medicina moderna?
— Es un complemento perfecto; amplía el horizonte y da un marco científico a estas disciplinas que son milenarias. Justamente, el tema del Día Internacional de Ayurveda este año es neurociencias y espiritualidad, y me enfocaré en los aportes que vienen haciendo las neurociencias a través de experimentos, papers y muchos datos, que dan un fundamento más profundo a lo que los antiguos sabios de la India habían descrito hace más de 5000 años.
La palabra ‘espiritualidad’ hace referencia a que esta ciencia ancestral incluye el componente más difícil de incluir para Occidente, que es el espiritual. Es un aspecto más sutil y por supuesto invisible, pero en los últimos 20 años los neurocientíficos han demostrado con números y experimentos que la conciencia pura es una dimensión real.
— ¿Cómo?
— Por ejemplo, está lo que los neurocientíficos llaman la ‘coherencia cardio-cerebral’, que es la relación sincrónica entre los campos electromagnéticos del cerebro y el corazón. Aquí empezaron a desmitificar la primacía del cerebro en las funciones, más que nada cognitivas, y a avizorar que hay un componente más allá de lo cognitivo. Hoy, los neurocientíficos afirman que el corazón guía al cerebro en muchas de las funciones que antes se le atribuían solamente a este último.
Hicieron un experimento en el que mostraban 45 imágenes a personas que tenían muy desarrollada la percepción del corazón, algo que en Medicina se conoce como ‘interocepción’. Las imágenes estaban clasificadas en neutras, agradables y desagradables, y se las daban tapadas. Entonces, medían los potenciales evocados, es decir, los cambios de corrientes eléctricas a nivel del corazón y la piel, y encontraron que seis segundos antes de que vieran las imágenes con sus ojos y el cerebro las registrara, estas personas anticipaban si serían neutras, agradables o desagradables.
El otro hito que para mí es sumamente importante fue en el año 1991, cuando un grupo de investigadores franceses, encabezado por el doctor Andrew Armour, descubrió que existe un cerebro dentro del corazón conformado por 40.000 neuronas. Ese es el órgano sensorial del corazón que emite el campo electromagnético que entra en coherencia con el cerebro, para que éste pueda funcionar mejor. El descubrimiento pasó desapercibido y recién se retomó en la década del 2010, cuando las neurociencias empezaron a desarrollarse con más fuerza.
— ¿A qué se refiere con el título de su charla, ‘Neurociencias ocultas de ayer, conocimiento Védico de hoy’?
— Es un juego de palabras para mostrar que en verdad el conocimiento védico está tan vigente como si fuera el de hoy, y las neurociencias estaban ocultas porque no salían a la luz en la antigüedad. Una de las cosas que siempre digo a los neurocientíficos es que en realidad no descubren casi nada. Por ejemplo, esto que ahora llaman ‘coherencia cardio-cerebral’, los antiguos sabios de la India lo habían descrito a través de los chakras. Son siete centros energéticos —campos electromagnéticos— donde se decodifica y procesa información desde lo cognitivo, psicológico, emocional y espiritual, y el cuarto chakra es, justamente, el cardíaco.
Hace unos 20 o 30 años, surgió en la Medicina moderna una especialidad llamada psiconeuroinmunoendocrinología. El estudio de los chakras es eso, porque cada uno de estos centros tiene funciones psicológicas, inmunológicas y endocrinas. Cada uno de ellos está relacionado con una glándula endocrina y con algún componente del sistema inmunológico. Por ejemplo, Anahata, el chakra cardíaco, está a la altura del timo, una glándula muy importante que produce linfocitos T, que son parte de la línea de los glóbulos blancos.
Además, en Ayurveda se habla de la consciencia pura o la verdadera esencia, que los antiguos sabios habían descrito con la palabra ‘Hridaya’. Tiene muchos significados, pero los más importantes son ‘intelecto iluminado’, ‘corazón’, ‘seguir al corazón’, 'mente' y ‘memorias’. Ellos, con una sola palabra, habían integrado lo que nosotros mantuvimos por separado durante tantos años: el cerebro, las funciones de la corteza cerebral, el sistema nervioso central, el periférico y el autónomo; todo por separado y clasificado. Ellos lo habían unificado en el espacio del corazón, que no es exactamente el corazón físico como órgano, sino que abarca más, porque está en un nivel energético, más sutil, e igualmente incluye al corazón como órgano físico.
Entre talleres vivenciales y conferencias de expertos.
La Medicina ayurvédica comprende un sistema terapéutico natural que no actúa solamente sobre el síntoma del malestar, sino también sobre la causa. Su enfoque es holístico, en tanto integra aspectos como el estado emocional y mental del paciente, sus hábitos, el entorno y el clima.
Con el fin de amplificar este tipo de medicina en Uruguay, la Asociación Uruguaya de Medicina Ayurvédica (AUMA) invita a celebrar el Día Internacional de Ayurveda este 2 de noviembre de 8:30 a 20:30 horas en el Radisson Montevideo Victoria Plaza Hotel. El evento convoca especialistas para brindar talleres y charlas educativas y didácticas sobre epigenética, psiconeuroinmunoendocrinología, salud mental, nutrición y filosofía ayurvédica, entre otras temáticas. Algunos de los expertos que participarán del encuentro son el embajador de la India para Argentina y Uruguay, Dinesh Bhatia; la doctora Sheila Patel, directora médica del Instituto Chopra Global y asesora médica de la Fundación Chopra; y la doctora Pilar del Prado, médica de familia y médica ayurvédica.
La entrada es gratuita, con inscripción previa en www.auma.com.uy. Allí también está el cronograma con la lista de disertantes y talleres vivenciales.