Cómo lograr la vida que queremos: consejos prácticos de expertos en inteligencia emocional

Los coaches argentinos Ricardo Melo y Samuel Stamateas visitaron Uruguay y expusieron cómo podemos gestionar las emociones para alcanzar nuestros objetivos.

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Mujer exitosa trabajo
Mujer exitosa en el trabajo.
Foto: Freepik.

Emprender con éxito, viajar por el mundo, llevarse mejor con la familia o con la pareja, vivir con menos estrés… Ya sea en el ámbito laboral o personal, todos tenemos sueños que ponen nuestros corazones en marcha. Para hacerlos realidad, no solo debemos trabajar desde la mente y el cuerpo, sino también desde las emociones.

El coaching es una técnica de desarrollo personal y profesional que ayuda a las personas a alcanzar sus objetivos. Los coaches argentinos Samuel Stamateas y Ricardo Melo, directores de la Escuela Internacional Líder Coach Profesional, visitaron Uruguay y conversaron con El País acerca del rol que tienen las emociones en la consecución de nuestras metas.

“Desde el coaching entendemos que las emociones son placenteras o displacenteras; no las miramos como algo positivo o negativo, sino como algo que tiene un mensaje”, sostuvo Stamateas, coach ontológico profesional, coach ejecutivo y master en Programación Neurolingüística. No obstante, para comprender ese mensaje primero debemos reconocerlas y describirlas.

Lo anterior no suele ser fácil. Para Melo, coach especializado en Alta Productividad e Inteligencia Adaptativa, uno de los mayores desafíos tiene que ver con el analfabetismo emocional, tan presente en nuestra cultura: “A veces decimos ‘estoy bien’, ‘estoy mal’ o ‘estoy más o menos’, pero si le damos doble clic a eso se abre una gran paleta de colores y no sabemos distinguir lo que nos pasa”.

Ricardo Melo y Samuel Stamateas
Ricardo Melo y Samuel Stamateas.
Foto: Francisco Flores.

Los mensajes de las emociones.

Muchas veces, el problema está en que nos enfocamos en lo que no queremos sentir. “La gente básicamente viene por el lado inverso: ‘No quiero sentirme solo’, ‘No quiero sentirme triste’... Pero la emoción es energía y puede jugar a tu favor”, expresó Stamateas. Y agregó: “Es como la luz en el tablero de un automóvil, no podés enojarte con la luz, porque está indicándote algo. Hay que amigarse con las emociones para aprender a decodificarlas y entender el mensaje que nos traen”.

En ese sentido, ambos coaches rechazan el positivismo tóxico que promueve —e impone— la idea de estar siempre feliz y sonriente. “Hay que tener cuidado con decir ‘no tengas miedo’, ‘no te enojes’, ‘no estés triste’. Ninguna flor crece en caminos asfaltados; crecen en la tierra. Hay una cuestión de estar embarrados en una situación para salir con resiliencia, y eso incluye las emociones”, resaltó Melo.

En su experiencia dentro del ámbito profesional, la culpa es una de las emociones que más han salido a flote. En particular, cuando las mujeres empezaron a tener más lugar y éxito en el trabajo, muchas tuvieron que afrontar la culpa de haber transgredido una norma social impuesta que decía que el hombre debía proveer, explicó el coach. Otros aspectos emocionales que suelen interferir en los objetivos laborales son la alta exigencia, la ansiedad y el querer controlarlo todo.

En cuanto a la vida personal, Melo destacó la falta de confianza y el miedo. Stamateas coincidió: “El miedo es una de las emociones que más frustran a las personas porque dicen ‘no haré esto’ o ‘me bajo del proyecto’, pero la realidad es que podés hacer las cosas con miedo, no hay inconveniente”. De hecho, esta emoción parte de interpretar que uno no cuenta con los recursos necesarios para afrontar un riesgo percibido, “entonces, no trabajamos el miedo, sino la confianza en uno mismo”.

En esta línea, subrayó: “Aquello en lo que trabajamos es lo que alimentamos y crece. No se trata de lo que no queremos sentir, sino de lo que sí”.

Consejos para gestionar las emociones.

Para mejorar nuestra inteligencia emocional, el primer paso es distinguir las emociones que nos envuelven y, al mismo tiempo, no identificarnos con ellas. Podemos estar enojados o asustados, pero eso no significa que seamos enojones o miedosos. “Las emociones son energía que dura 90 segundos en el cuerpo, lo que luego permanece es la interpretación que hacemos”, mencionó Stamateas.

Melo añadió: “Se trata de pasar del miedo que paraliza al que avisa, del enojo que destruye al que resuelve, de la culpa a la integridad”.

A modo de ejemplo, Stamateas abordó el caso del enojo. Aprender a gestionar esta emoción puede hacer la diferencia entre uno que destruye —aquel que rompe vínculos, proyectos y sueños— y uno que resuelve y genera movimientos. “Si uno está enojado porque no le alcanza el dinero, el enojo puede llevarlo a pensar cómo es posible que esté en esa situación y tomar decisiones para salir adelante”, sugirió el coach.

Sin embargo, las emociones no solo son un mensaje, sino también energía, “y como tal hay que gastarla”, dijo. ¿Cómo? Según el coach, puede ser, por ejemplo, poniéndolo en palabras, expresando lo que uno siente, gritando —por supuesto que no a otra persona— o corriendo.

A fin de cuentas, las emociones son como el petróleo. “Si las destilamos bien y logramos utilizarlas a nuestro favor, se transforman en combustible, pero si nos quedamos con el petróleo, nos intoxicamos o intoxicamos a otros”, concluyó Melo.

Un camino para desarrollar nuestro potencial.

Stamateas y Melo dirigen la Escuela Internacional Líder Coach Profesional, la cual funciona de manera virtual y forma a miles de alumnos de habla hispana alrededor del mundo. Los coaches visitaron Uruguay con el fin de agradecer a los estudiantes que residen aquí. También pasaron por Chile y harán lo mismo en Argentina.

Su institución pertenece al grupo de 350 escuelas de Coaching en el mundo cuyos programas están avalados por el estándar Level 2, el más alto que brinda la International Coaching Federation.

A su vez, ambos continúan acompañando a clientes de forma particular, y de hecho es un requerimiento para todos los docentes de su escuela. “Siempre exigimos que no solo den clases, sino que también mantengan la experiencia en el campo”, indicó Melo.

Para Stamateas, “es más lo que no hemos hecho que lo que hemos hecho en la vida, es más lo que no sabemos que lo que sí, y eso se llama potencial. El coaching nos ayuda a desarrollar ese potencial”.

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