En pocos minutos calma la mente, reduce tensiones y mejora el descanso: qué es el yoga facial y cómo hacerlo

El estrés, las horas frente a las pantallas y el sedentarismo se traducen, muchas veces, en fatiga visual, dolor muscular y un sentido de urgencia que no nos deja dormir con liviandad. Por eso, cada vez se vuelve más importante tomar una pausa, respirar profundamente e incorporar ejercicios relajantes; por ejemplo, de yoga facial.

Más allá de oxigenar la piel del rostro y promover un aspecto más fresco y jovial, el yoga facial ayuda a reducir tensiones corporales, mejora la calidad de sueño y calma la mente, conectándonos con el momento presente. La práctica —inspirada, por supuesto, en el yoga, pero también en la medicina ayurvédica y la medicina tradicional china— combina ejercicios con la cabeza, la cara, los ojos, el cuello, los brazos y las manos, e incluye secuencias de automasaje y respiración consciente.

“Si riéramos como niños, andaríamos livianos, pero eso lo hemos olvidado”, sostuvo la profesora e instructora de yoga, Madelón Bonilla, y agregó que los efectos del yoga facial se reflejan en todo el cuerpo. Uno se siente “más liviano, sin rigidez” y es especialmente útil “en estos tiempos donde muchos bruxamos y cargamos en los hombros el peso del estrés”.

Incluso impacta en nuestro estado de ánimo porque “cuando el dolor se va del cuello y de los hombros, uno está más complaciente, más amigable, fluye más con la vida”.

Como toda clase de yoga, la práctica se centra en la toma de consciencia; es decir, en poner mente y cuerpo en sintonía y vivir el momento presente con atención plena. El objetivo es relajarse, sí, pero atendiendo a cómo es el movimiento, cómo se siente, qué se estira o qué no lo hace, etcétera.

Según Bonilla, sus clases de yoga facial comienzan con ejercicios para cada parte superior del cuerpo; luego, se trabaja con pranayamas o ejercicios de respiración consciente; y, por último, se realiza una secuencia de relajación completa. “El objetivo es sentir que estamos muy livianos”, resaltó.

Además, este tipo de yoga se adapta a todas las condiciones y niveles. Incluso, quienes no pueden sentarse en el suelo con las piernas cruzadas —como suele practicarse—, pueden hacerlo en una silla, sin problema. Bonilla indicó que la dificultad se marca de acuerdo a cada persona y que la práctica constante ayuda a mejorar la movilidad en zonas que quizás en un principio resultaban difíciles de estimular.

“La mayoría tenemos problemas cervicales y hay que tratar con mucho cariño, respeto y cuidado esa zona. Pero es una práctica que puede hacer todo el mundo. Si alguien no pudiera mover nada del cuello, se trabajaría solo la parte del automasaje, de los ojos o de las manos”, mencionó.

También es ideal para deportistas porque contribuye tanto a preparar los músculos para la actividad como para descontracturar y aliviar tensiones a posteriori.

Foto: Freepik.

La profesora e instructora compartió cuatro ejercicios que pueden hacerse a diario para llevar una vida más relajada y sin dolor:

1. Inflar los cachetes. Pueden inflarse ambos al mismo tiempo, mantenerlos así unos segundos y luego llevarlos hacia adentro, o puede inflarse primero uno y luego el otro, llevando el trabajo de un lado al otro.
2. Masajear la mandíbula. Apoyar nuestros dedos sobre la mandíbula, donde sentimos que sobresale el hueso, y lentamente hacer movimientos circulares.
3. Estimular los músculos de los ojos. Mover los ojos en círculos, mirar arriba y abajo, lejos y cerca. También se puede poner un dedo delante, llevarlo hacia la punta de la nariz y luego de nuevo lejos, manteniendo la mirada fija en él.
4. Estirar el cuello. Dejar caer el cuello sobre un hombro, mantener unos segundos y luego repetir hacia el otro hombro. También, con mucho cuidado, ir hacia arriba y luego llevar el mentón al pecho.

Bonilla dará una clase de yoga facial el próximo domingo 24 de agosto en el Hotel Ars Amici, en Punta del Este. La práctica formará parte del evento ‘Cuerpo & Alma en Movimiento’, que será de 11 a 13:30 horas e incluirá —además de la práctica de yoga— una clase de gimnasia aerogap, baño de gong y sorteos.