Señales de que estás en una relación tóxica: cuidado con estos comportamientos en la pareja

Estos lazos pueden crear un ciclo adictivo en el cerebro que mantiene a la víctima atrapada, parecido a lo que ocurre con el mecanismo de las adicciones a sustancias.

Pareja, discusión
Mujer llora y su pareja intenta consolarla.
Foto: Freepik.

Redacción El País
Durante un viaje de trabajo, una mujer recibe llamadas insistentes de su pareja: cuarenta intentos en pocos minutos, acompañados de mensajes acusatorios y agresivos. La acusa de mentir, de conectarse de madrugada, de engañarlo. El hostigamiento continua sin pausa hasta que ella regresa al país, donde él la recibe sonriente, con flores en la mano. La escena parece tierna, pero no es más que el reinicio de un ciclo de manipulación.

Este ejemplo refleja lo que los especialistas denominan relaciones tóxicas, vínculos en los que predominan la dependencia emocional, la manipulación, el control y, en muchos casos, la violencia. No se limitan al ámbito de pareja: también pueden darse en la familia o entre amistades, y sus efectos dañan la salud emocional y física.

La doctora Claudia Ivethe Jaen Cortés, de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), advierte que estas relaciones pueden incluir violencia física, sexual, emocional, económica y, cada vez con más frecuencia, violencia digital. Un teléfono puede convertirse en un arma: no hay fronteras cuando se trata de controlar, vigilar o amenazar, señala.

Entre las conductas más comunes en los vínculos tóxicos, la especialista destaca la celotipia extrema: impulsos descontrolados, reacciones explosivas y tácticas de intimidación. También es habitual el intento de separar a la pareja de su entorno cercano, debilitando las redes de apoyo.

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Discusión de pareja.
Foto: Freepik.

Investigaciones en curso analizan cómo ciertos rasgos de personalidad aumentan la probabilidad de mantener relaciones violentas. En particular, la llamada triada oscura: narcisismo, maquiavelismo y psicopatía.

  • Los narcisistas, centrados solo en sí mismos, buscan relaciones que refuercen su ego.
  • Quienes muestran comportamientos maquiavélicos manipulan y utilizan al otro para beneficio propio.
  • Los psicópatas, con baja empatía y poca confiabilidad, tienden a sostener vínculos mediante estrategias de apego dañinas.

Otros perfiles también pueden favorecer dinámicas tóxicas: personas con trastorno límite de personalidad, caracterizadas por vínculos inestables, euforia inicial, conductas sexuales de riesgo e ira descontrolada; o individuos con depresión, más proclives a desarrollar codependencia emocional, asumiendo que su bienestar depende exclusivamente de la pareja.

La ciencia también ha demostrado que estos lazos pueden crear un ciclo adictivo en el cerebro. El sistema de recompensa se activa con el refuerzo intermitente: una mezcla de maltrato y momentos de aparente afecto que mantiene a la víctima atrapada. Se trata de un mecanismo similar al de las adicciones a sustancias.

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Pareja discute por el celular.
Foto: Freepik.

Para prevenir, los especialistas insisten en enseñar desde la infancia estrategias de relación sana: manejo de emociones, resolución de conflictos y comunicación asertiva. También en comprender el valor de los límites.

Aunque no haya golpes visibles, la violencia emocional y psicológica erosiona la calidad de vida. Reconocer las señales y actuar a tiempo es clave para evitar confundir el control o la manipulación con una muestra de amor. Si no hay cambios en la relación, se recomienda terminarla, con acompañamiento psicológico y, si corresponde, apoyo legal.

En base a El Universal/GDA

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