Consejos y claves para que puedas desarrollar el pensamiento crítico, el súper poder del siglo XXI

Por Ana Abbona Santín

Las suposiciones, exageraciones y mentiras han existido siempre, pero en estos tiempos de fake news y de inteligencia artificial los seres humanos nos vemos expuestos –como nunca antes– a todo tipo de manifestaciones que mezclan lo real y lo posible con lo ilusorioy lo falso.

El mundo actual ya no nos exige que seamos portadores de un saber enciclopédico, sino que nos desafía a procesar la inmensa masa de información a la que accedemos diariamente para articular ideas propias y poder tomar las mejores decisiones.

¿Cuál es esa capacidad que nos permite discernir entre lo aparente y lo verdadero? ¿Cuál es ese súper poder que nos ayuda a trascender nuestros propios prejuicios y expectativas para poder analizar nuestro entorno con la mayor objetividad?

Esa virtud intelectual que refuerza el aprendizaje en los centros educativos y fortalece el desempeño de los equipos en el ámbito deportivo o laboral es el pensamiento crítico. No es un concepto nuevo ni mucho menos, en realidad se originó en la antigua Grecia.

El pensamiento crítico nos exige asumir una postura de ignorancia, nos pide que actuemos como si no supiésemos nada. De esa manera, vamos a descubrir las contradicciones presentes en los mensajes que dan los medios de comunicación o en las conversaciones que surgen en las distintas redes sociales. Así, separando la paja del trigo, seremos menos vulnerables frente a los discursos engañosos, las falsas creencias, los prejuicios y dogmas.

Si no deseamos aceptar sin más lo que otras personas establecen, estos son los criterios que debemos chequear:

- Claridad. Si las ideas son expresadas de manera transparente y se comprenden con facilidad.

- Coherencia. Si la información, así como los datos y los argumentos presentados no se contradicen. Hay concordancia entre los discursos y las acciones.

- Precisión. Si el contenido y los términos empleados reflejan conocimiento sobre el tema.

- Relevancia. Si la información presentada es pertinente de acuerdo al entorno y a la coyuntura.

- Profundidad. Si el nivel de análisis e investigación se encuentra lo suficientemente cuidado.

- Amplitud. Si tiene una visión integral del problema que plantea, así como de asuntos colaterales.

- Lógica. Si el contenido no está reñido con la sensatez o el sentido común, si está alineado con las leyes naturales y conforme a la marcha habitual de las cosas o con los hechos precedentes.

El pensamiento crítico nos demanda una actitud activa, que cuestione sistemáticamente el conocimiento al momento de adquirirlo o la información al recibirla.

A continuación, compartimos algunas claves para promover el pensamiento crítico:

- Curiosidad. Es una emoción positiva que está vinculada al impulso de conocer o averiguar cosas novedosas y resolver interrogantes. Combina la búsqueda de información, conocimientos y experiencias nuevas con la puesta en duda de lo que ya es conocido para nosotros.

- Reflexión. Esta actividad cognitiva nos permitirá poner el foco en un asunto determinado y considerarlo con atención en los diferentes aspectos que presente hasta poder formarnos una opinión o tomar una decisión.

- Prudencia. Esta cualidad es primordial cuando se trata de gestionar el impulso de afirmar o negar rápidamente la veracidad o los valores contenidos en una noticia o mensaje publicitario.

- Pensamiento organizado. Es una capacidad que nos permite poner orden y lógica a nuestras ideas, y en consecuencia, a las acciones que derivan de ellas.

Conocé a nuestra columnista:

Ana Abbona Santín

Especialiusta en entrenamiento cognitivo y creadora del Programa Rejuveneate.
Whatsapp: 099 22 05 54
Mail: rejuvenateuruguay@gmail.com

Ante cualquier duda o inquietud, podés contactar a Rejuvenate a través de su página www.rejuvenateuruguay.com y sus cuentas en Facebook e Instagram