The New York Times
En general, se consideran vuelos largos aquellos que duran ocho horas o más, mientras que los que exceden las agotadoras 16 horas son apodados ultralargos. Los vuelos comerciales sin escalas de mayor duración incluyen, entre otros, trayectos como los de Nueva York a Singapur (18 horas y 50 minutos; 15.330 kilómetros) y de Perth, Australia, a Londres (17 horas y 45 minutos; 14.500 kilómetros).
Qantas Airways, la aerolínea nacional de Australia, planea operar dos vuelos directos todavía más largos en 2025: de Sídney a Londres y de Sídney a Nueva York (ambas rutas tomarán hasta 20 horas).
Para los viajeros, volar a 10.000 metros de altura durante un periodo extenso presenta sus propios retos, incluyendo poco espacio para moverse, el aire seco de la cabina y los cambios en las zonas horarias.
Aunque los viajes extremadamente largos en avión nunca serán una experiencia muy sencilla, hay algunas cosas que podés hacer (antes, durante y después de tu vuelo) para hacerlo un poco menos terrible.
Jennifer Bagnall, de 40 años, una ejecutiva de comunicación que vuela con frecuencia entre su hogar en Los Ángeles y Sídney, cree que replantear la experiencia en tu mente es un primer paso esencial.
Bagnall explicó: “En vez de tomarlo como un largo periodo en un espacio confinado sin escape, pienso que es un largo tiempo ininterrumpido sin responsabilidades en el que no puedo ser contactada. Es tan poco común tener eso”.
1. Empaca tu equipaje de mano de manera inteligente
Es necesario que tu equipaje de mano tenga todo lo necesario. Además de los artículos que usarás como entretenimiento, pensá con antelación en qué te ayudará a sentirte más cómodo. Empacar una muda de ropa (si hay una escala, tal vez podrías cambiarte en el aeropuerto), así como un cepillo de dientes y pasta de dientes será muy útil para que te sientas más fresco durante tu recorrido. Asegurate de vestir ropa cómoda y un par de calcetines de compresión para combatir los pies hinchados debido a las muchas horas con poca actividad física.
Nikki Greenberg, de 40 años, realiza viajes internacionales con frecuencia por trabajo, recomienda “usar un hoodie”, es decir una sudadera con capucha. Greenberg agregó: “Es cómoda, caliente, cubre las orejas (menos ruido) y los ojos (menos luz para poder dormir) y crea un ambiente de un capullo privado”.
2. Dormir todo lo posible
Hacé todo lo que puedas para asegurarte de pasar dormido gran parte del tiempo a bordo. Algunos pasajeros consideran las pastillas para dormir o los suplementos de melatonina como artículos infaltables, aunque los antifaces y los auriculares con cancelación de ruido también pueden reducir la iluminación de la cabina y ayudar a disminuir el ruido del avión. Una almohada de viaje como Trtl Pillow, que le brinda soporte al cuello, puede ayudarte a dormir en una posición vertical.
También puede ser útil mapear tu horario de sueño antes de tiempo, con base en la hora de salida de tu vuelo o tus vuelos. Vanessa Quincey, de 33 años, que vive en Nueva York desde hace diez años y viaja hacia Australia frecuentemente, se mantiene despierta durante la parte más corta de su recorrido (Nueva York a Los Ángeles) para asegurarse de estar más cansada para la segunda parte más larga a Melbourne.
Quincey añadió: “Comprá un antifaz que diga ‘No molestar’ si vas a dormir cuando sirvan la comida. El antifaz bloqueará las luces superiores y el letrero de ‘No molestar’ le hará saber a la tripulación que no te debe despertar”.
3. Prepará tu entretenimiento o aprendizaje
Planificá qué vas a hacer el resto del tiempo a bordo: el arco narrativo de diez episodios de una serie de televisión ocupará más tiempo que una película. Podés visitar con anticipación el sitio web de la aerolínea para ver qué tipo de entretenimiento estará disponible durante tu vuelo. Asegurate de descargar programas de televisión, películas, ppdcasts y música a tus dispositivos antes de llegar al aeropuerto para no depender del wifi lento e inestable. Llevá un buen libro que desde hace tiempo hayas querido leer. Instalá algunos juegos que no requieran conexión a internet que puedas jugar en tu teléfono o tableta. Además, no te olvides un cargador portátil de respaldo.
Patrick Quade, fundador de 52 años de una empresa de tecnología originario de Nueva Gales del Sur en Australia, ha efectuado el viaje entre Estados Unidos y Australia más de 20 veces. Quade recomienda que te fijes un objetivo que te tome más de 20 horas. El empresario sugirió: “Aprendé Adobe Premiere lo suficientemente bien como para que puedas hacer un corto de tres minutos con ediciones y banda sonora”.
4, Nunca dejes de hidratarte
El aire dentro del avión es extremadamente seco. Empacá un humectante decente, bálsamo para labios, gotas oculares lubricantes y un aerosol nasal pequeño. Tratá de evitar el alcohol y tomá tanta agua como sea posible a lo largo del viaje: puede ayudarte llevar tu propia botella vacía para llenarla en el aeropuerto después de cruzar migración. Podés agregar vitaminas en polvo o electrolitos a tu agua para maximizar tu hidratación.
5. Movete todo lo que puedas
Muchas personas prefieren un asiento en el pasillo para poder levantarse con frecuencia sin molestar a su vecino de vuelo. Antes de reservar, investiga la distribución y el modelo de los aviones en sitios web como SeatGuru para averiguar cuál tiene el mayor espacio para las piernas. Hacé algunos estiramientos mientras esperas en la fila para el baño y da algunas vueltas en la terminal aérea durante una escala para hacer que tu sangre circule.
Por último, evitá dormir una siesta si aterrizás durante el día, sin importar lo tentador que resulte tras un vuelo muy pesado. Nathan Weinrich, quien ha estado viajando a su casa en Australia desde Nueva Jersey desde hace ocho años, opinó: “En realidad, es agotador viajar a Australia porque habitualmente aterrizás temprano por la mañana. Pero hace una gran diferencia la rapidez con la que te ajustás a la nueva zona horaria”.