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Victoria Fernández Herrera

Victoria Fernández Herrera

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La lucha de clases es el argumento de venta de unos pocos y las relaciones laborales deben ser más flexibles, más justas y más equitativas.
Debe ser muy difícil sostener décadas un discurso donde el malo es el fascista y despertarte un día dándote cuenta de que poco te separa de tu enemigo.
El escenario de la conflictividad laboral colectiva está muy marcado por ser el año previo a las elecciones.
El mundo entero debe tomar posición en defensa de Israel y también debe hacerse algunas preguntas.
El Pit-Cnt, que durante quince años vivió en simbiosis con el gobierno frenteamplista, se encuentra absolutamente fuera de foco.
El Pit-Cnt por momentos confunde el hecho y derecho de ser escuchado (como cualquier otro actor social), con el de cogobernar.
La solidaridad no se colectiviza, no se impone por ley o por decreto, sino que es una virtud del individuo.
Asumir como propio el discurso del adversario es quizá otro de los males del mundo de lo políticamente correcto.
El interés de las empresas y de los trabajadores es ganar más en las mejores condiciones.
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