Julio María Sanguinetti

Julio María Sanguinetti

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Nos hemos despertado con un Montevideo empapelado con las banderas de Venezuela y Palestina. O sea, la dictadura de Maduro y la de Hamás.
Hay grupos sindicales cuya actividad se ha transformado en un problema nacional.
Nosotros, los de Jerusalén, Atenas y Roma, celebramos con alegría. Siempre supimos dónde estábamos y hoy, como en 1948, festejamos.
Hoy más que nunca es necesario rescatar el valor de ejemplaridad de nuestros caudillos fundacionales.
Trump quizás no entienda que no está discutiendo con Putin sino con la historia de Rusia.
El fondo no es la violencia en el fútbol sino la violencia en esta sociedad nuestra.
El atentado contra el senador Miguel Uribe Turbay vuelve a ponernos en el horizonte el fantasma de la violencia terrorista.
Como aquellos abuelos viejos, que en la época de los fusiles nada los vinculaba, en los últimos años con Mujica nos reconocimos.
Antes se decía que en la Semana de Turismo no pasaba nada en ningún lado.
Trump ha desatado una tormenta cuya polvareda no deja ver con claridad este oscurecido panorama.