Hong Kong supo ser un modelo de éxito asentado en el imperio de la ley, en instituciones fuertes, en la separación de poderes. De aquello no queda hoy casi nada.

Milei puede demostrar que defender los intereses argentinos y los principios son objetivos compatibles.

Resulta paradójico que en ámbitos latinoamericanos incomoden las exigencias europeas, pero no los términos de la relación que propone Pekín.