Advierten que deberá haber más protección: “hay temor en funcionarios”.

representantes de asociaciones de farmacias y la agrupación que reúne a los químicos alertaron en el Parlamento por el posible aumento de la delincuencia derivada de la venta de marihuana en esos comercios, tal como establece la reglamentación aprobada por el Poder Ejecutivo.

Hasta el presente se han inscripto 20 farmacias de barrio del Centro de Farmacias del Uruguay, que agrupa a los comercios de Montevideo, en los registros oficiales para expender la marihuana. De las farmacias reunidas en la Cámara Uruguaya de Farmacias y Afines (que reúne a las grandes cadenas como Farmashop, San Roque, Lyon Pigalle, Atahualpa y Urroz) no se ha anotado ninguna.

El jueves de esta semana se cerrará el plazo para que las empresas se inscriban en el registro para vender la marihuana en sus locales.

Representantes de ambas organizaciones se reunieron ayer con los miembros de la comisión de Adicciones de la Cámara de Representantes para plantear sus inquietudes. También lo hicieron los delegados de la Asociación de Farmacias del Interior y los de la Asociación de Químicos Farmacéuticos del Uruguay.

Uno de los problemas prácticos que plantearon en la comisión refiere a la mayor tensión que se dará si un rapiñero armado entra a una farmacia y quiere llevarse la droga. Cuando lo que se busca es el dinero, la rapiña suele ser muy breve. El asaltante pide el dinero y se retira de inmediato. Pero en caso de que quiera robarse la marihuana deberá pasar más tiempo apuntando a los empleados, quienes deberán ir a buscar los dos kilos que pueden tener en stock fuera de la vista del público —obviamente la droga no se guardará en la caja registradora— y todo eso conllevará a un aumento del riesgo de un desenlace fatal.

De acuerdo con la reglamentación de la ley la marihuana deberá estar guardada en un mueble con capacidad para almacenar hasta dos kilos y no podrá ser compartido con otros productos. El mismo no podrá estar expuesto al público y deberá estar amurado a la pared sin exposición al sol o humedad. El mueble deberá permanecer cerrado con algún dispositivo de seguridad y su mecanismo de apertura deberá estar bajo control de un responsable.

El gobierno ya ha tomado nota de este problema en ciernes. Tras una reunión celebrada días pasados con farmacéuticos, el prosecretario de Presidencia, Juan Andrés Roballo, se comprometió a plantearle el tema al ministro del Interior Eduardo Bonomi.

En marzo, se firmó un convenio donde se advirtió que los comercios interesados en comercializar marihuana deberán adquirir el kit de desarrollo de software (SDK) que ya fue diseñado, al tiempo que tendrán que cumplir con una serie de medidas de seguridad.

En la computadora también aparecerá cuánta cantidad de droga puede comprar. La ley establece que cada consumidor podrá adquirir hasta 40 gramos de marihuana por mes, sin pasar los 10 gramos por semana.

En ese convenio también se insta a las farmacias a "comprometerse a no adulterar o modificar el contenido de ningún paquete y jamás fraccionar el contenido".

Cada vez que un comercio reciba un paquete por parte del proveedor, deberá leer el código de barras que este contenga. El mismo procedimiento tendrá que llevar a cabo cada vez que venda la droga a un usuario. De esta manera el IRCCA podrá monitorear el volumen de marihuana que tenga cada farmacia.

En este sentido, se advierte que "cualquier transacción que no se encuentre registrada en el sistema de registro del cannabis provisto por el IRCCA dará lugar a sanciones".

Los farmacéuticos de Montevideo trasmitieron a los legisladores que no se oponen a la prohibición de venta entre las 20 y las 8 de la mañana, pero expresaron a los legisladores que el ministerio del Interior debe poner más seguridad en los negocios durante las horas en que se venderá, es decir de las 8 de la mañana a las 20 horas.

Carlos Lacava, vicepresidente de la organización de los Químicos, insistió en la comisión en que la farmacia "no es el lugar adecuado" para vender una droga de uso recreativo. Explicó que ellos tienen prohibido por ley vender otros artículos recreativos como alcohol y tabaco, por lo que considera "un contrasentido" expender marihuana en esos locales.

"La farmacia es un lugar que pretende ayudar al individuo a crear hábitos saludables, y así es como la gente ve a la farmacia. Entonces la venta de marihuana en una farmacia disminuye la percepción del riesgo del consumo de esta droga", razonó Lacava. Su organización no tiene una postura definida sobre el consumo en sí, indicó, pero aclaró que "tiene efectos perjudiciales".

Dijo que sin el aumento de seguridad en la farmacia "la venta va a ser complicada".

Los delegados del grupo de grandes farmacias dieron libertad de acción a sus socios para que decidieran si se inscriben en el registro para vender la droga en sus establecimientos.

"Planteamos el temor que tienen desde los funcionarios a los propietarios de las empresas", dijo uno de los miembros de la delegación. "Debe haber seguridad para la gente que está trabajando en la farmacia", insistió.

Las farmacias que se adhieran al sistema de venta de cannabis psicoactivo de uso no médico deberán contar con un mueble con capacidad para almacenar hasta dos kilos. Ese espacio y no podrá ser compartido por otros productos.

El mueble no podrá estar expuesto al público y deberá estar amurado a la pared sin exposición al sol o la humedad.

En la reglamentación se establece que ese mueble deberá tener un sistema de seguridad y su mecanismos de apertura deberá estar en custodia de una persona responsable para esto.

Fuera de esto no se establecieron medidas específicas de seguridad para las farmacias en sí. Según las gremiales farmacéuticas las autoridades se comprometieron a analizar la situación. Temen que puedan recibir ataques en la noche cuando no hay actividad.

VENTA DE CANNABIS DANIEL ISGLEAS