A nivel de obras, la gestión de la intendenta de Montevideo, Ana Olivera, fue, por lo menos, discutible. Marcada por una estructura millonaria que no trajo buenos resultados, como fue el Corredor Garzón.

Y por la reapertura del Mercado Agrícola que, seguramente se convierta en el gran legado de su administración. Un plan de ciclovías que recién al final de su mandato se echa verdaderamente a andar. Algunos semáforos más. Nuevos contenedores que buscan generar una cultura de reciclaje y que tienen tantos adeptos como detractores.

Fue el 8 de diciembre de 2012 cuando, como siempre, con bombos y platillos, se inauguraron los 6 km de extensión, desde la calle Santa Lucía hasta la Terminal Colón del Corredor Garzón. Las fallas se notaron de inmediato: menor velocidad de desplazamiento de los transportes públicos, accidentes y problemas con los transbordos. A raíz de las dificultades, el director de Movilidad Urbana, Gerardo Urse, debió dejar el cargo. La inversión fue de 60 millones de dólares, y el recorrido que antes llevaba 18 minutos, ahora se hace en 25, sin contar el tiempo que se pierde entrando y saliendo de la Terminal, para aquellos que suben al ómnibus desde más lejos.

Hay dos construcciones más en camino en el marco del Plan de Movilidad Urbana, el Corredor Av. Italia (donde ya funciona la vía solo ómnibus y taxis para lograr un mejor fluir del tránsito) y el General Flores, que se empezó a hacer en marzo de 2012. El costo previsto para este último al tiempo de la licitación fue de unos 200 millones de pesos. La extensión será de 8 km e irá desde la Av. General Flores hasta el Palacio Legislativo. También se proyecta la construcción de la Terminal Belloni.

En lo que tiene que ver con semáforos, a fines de 2013 la comuna señalaba que había 625 intersecciones con semáforos. La incorporación de los mismos llega a entre 15 y 20 cruces por año.

En este sentido también se inició el plan de ciclovías en Montevideo, que incluyó en la Ciudad Vieja una serie de bicicletas que se pueden alquilar y cuyo costo fue de 56.000 dólares, que fueron pagados por los patrocinadores y no por la comuna capitalina. El intendente a punto de asumir, Daniel Martínez, se comprometió a ampliar los tramos de ciclovías, incluso mañana llegará a la ceremonia de asunción en bicicleta 

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En lo que tiene que ver con plazas públicas, se inauguraron varias durante la gestión de Olivera. Las más grandes fueron Casavalle, Tres Ombúes y Alba Roballo, todas dentro del Plan 7 zonas que es financiado por el Poder Ejecutivo y no por la Intendencia. La otra plaza de envergadura es la Democracia, que está frente al shopping Tres Cruces. La recuperación de este espació se enmarcó en un convenio con Grado S.A., por el cual la empresa utilizó la plaza como estacionamiento durante la ampliación del shopping y la terminal, y a cambio hizo la obra de 42,5 millones de pesos.

Pero el Mercado Agrícola, seguramente, sea la obra que salve a Olivera. Con sus 107 locales, el espacio reabrió en 2013. Para la modificación del lugar, que se propone también cambiarle la cara a toda la zona, la comuna invirtió US$ 11 millones. También se contó con la ayuda del Fondo Multilateral de Inversiones del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que puso US$ 1,2 millones, y de la Agencia Española de Cooperación Internacional y Desarrollo, que puso 580 mil euros.

En lo que respecta a la recolección de residuos, la incorporación de los nuevos contenedores fue el mayor cambio de la gestión de la Intendenta. Su formato, además de fomentar que las personas reciclen, busca limitar los actos de vandalismo, impidiendo que se retire la basura de dentro de estos. Lo que no se ha podido frenar es que los prendan fuego. Cifras de la propia IMM señalan que 22 contenedores son incendiados por día en diversos lugares de la ciudad. Las quejas también se hacen oír por el poco espacio para tirar las bolsas.

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Intendenta admitió el fracaso del Corredor Garzón, su obra más polémica