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Dólar fortalecido y frente fiscal son retos en 2017 con contexto incierto

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La Encuesta de Expectativas de El País marca crecimiento económico parecido en 1,2%.

Con un cierre de año marcado por un panorama incierto a nivel regional e internacional —especialmente por Estados Unidos—, pero una economía que empieza a mostrar signos de recuperación junto a una atenuación de la inflación y el déficit fiscal, el reto unánime expresado por los economistas hacia 2017 es la consolidación de esas señales positivas.

Incrementar la actividad a través de mayores inversiones y una mejora de la competitividad, mantener la prudencia en el manejo monetario para encauzar la inflación a niveles más bajos en un contexto previsto de fortalecimiento global del dólar, y reducir el déficit de forma estructural sin recurrir a las tarifas y el menor gasto público, son algunos de los retos puntuales que tendrá Uruguay el año próximo según los analistas que respondieron a la Encuesta de Expectativas Económicas que realizó El País.

En promedio, los 12 analistas encuestados estiman que el Producto Interno Bruto (PIB) para 2017 crecerá 1,2% con proyecciones que varían entre 0,6% y 2,5%, aunque mayormente se ubican en torno al 1% (ver aparte). De esta manera Uruguay mantendría el ciclo positivo de actividad que arrastra hace más de una década, aunque no habría una mejora con respecto a este año, que tiene un piso de crecimiento de 0,9% (el PIB anual se conocerá en marzo, hay datos hasta el tercer trimestre).

Todos los analistas consultados advirtieron que la incertidumbre global hace que las proyecciones deban ser tomadas con precaución. En particular aludieron al cambio de gobierno en Estados Unidos, que agregó volatilidad a los pronósticos dadas las pocas certezas acerca de la política económica que implementará Donald Trump. Igual hay consenso sobre que la Reserva Federal (Fed) acelerará la suba de tasas limitando la llegada de capitales a los países emergentes y dificultando el acceso a financiamiento barato.

Respecto al comportamiento de los precios en 2017, el promedio de las respuestas arroja una suba de 8,7% para el cierre del año, marcando que nuevamente el registro anual quedará por encima del rango meta definido por el gobierno (entre 3% y 7%). En este caso las proyecciones están concentradas entre 8% y 9,3% con lo que los analistas entienden que la inflación continuará en guarismos similares a los que termina el año, con un aumento de 8,1% en los 12 meses a noviembre y dejando atrás el pico de dos dígitos del primer semestre.

La tendencia estable que muestran los analistas con los números de inflación, se repite en las proyecciones sobre el déficit fiscal, uno de los puntos de mayor alerta para el gobierno. La estimación promedio del rojo de las cuentas públicas al cierre 2017 es de -3,3% del PIB, con un máximo de -3,6%.

Sobre el comportamiento del mercado de trabajo en 2017 no hay consenso, con previsiones del dato de desempleo promedio anual que oscilan entre 7,4% y 8,6%, con una media de respuestas de 8%. Esto va en línea con la evolución de la tasa de desocupados durante este año, que varió entre 7,1% y 8,6% en los 10 primeros meses.

La gran incógnita en las proyecciones y que de forma variada repercute sobre los demás indicadores, es el valor del dólar al cierre del próximo año. Es que la volatilidad de los mercados internacionales hace difícil establecer su evolución, aunque existe consenso sobre que la política de Trump y la Fed llevarán a una divisa más fuerte en 2017.

En efecto, el promedio de las respuestas ubica al dólar en $ 32,50 con una variación de los pronósticos entre $ 30 y $ 33,5. Un incremento del tipo de cambio podría impactar sobre el consumo y poner dificultades al proceso de desaceleración de la inflación, advirtieron los analistas encuestados.

Retos.

Consultados acerca de los mayores desafíos que enfrentará la economía local durante el próximo año, los analistas mencionaron en su mayoría la adecuación del frente fiscal y la consolidación de un mayor nivel de actividad, al tiempo que advirtieron por el panorama menos favorable en materia internacional.

Para el socio de Vixion Consultores, Aldo Lema, el objetivo central debe ser "la recuperación de la actividad económica en un contexto complejo e incierto", sin perder de vista los esfuerzos para continuar corrigiendo algunos desequilibrios como el déficit fiscal o la inflación. "Sin prudencia en estos frentes será difícil atenuar los problemas de competitividad o sostener reactivación si empeora el entorno externo", afirmó.

El economista de KPMG, Marcelo Sibille, puso el foco en la concreción de proyectos "que permitan volver a hacer crecer la tasa de inversión para darle mayor impulso al crecimiento económico con generación de empleo". Señaló que esto cuenta tanto para los emprendimientos de gran porte como para las inversiones menores de empresas privadas, que "han venido mermando en los últimos tiempos".

La economista Lucía Rosich del Centro de Investigaciones Económicas (Cinve) indicó que "el mayor desafío será consolidar el crecimiento en un contexto regional incierto".

Por su parte, los analistas Gustavo Michelin y Horacio Bafico entienden que "el mayor reto es cómo procesar el ajuste de precios relativos" que necesita Uruguay, dado que "estamos muy caros frente al resto del mundo y sólo somos competitivos frente a Argentina, lo que no es una situación sostenible".

Germán Deagosto de CPA dijo que se terminarán las condiciones internacionales favorables que permitieron contener el valor del dólar, bajar la inflación y acceder a financiamiento más barato para reducir el déficit fiscal. La reversión de estas tendencias con los cambios en el gobierno de Estados Unidos "volverían a introducir estrés en los mercados financieros internacionales y pondría nuevamente presión sobre el dólar en Uruguay, con consecuencias sobre la actividad (consumo) y los equilibrios macroeconómicos".

En esa línea, Guzmán Etcheverry de la Escuela de Negocios de la Universidad de Montevideo (IEEM) expresó que "el gran desafío hacia adelante es seguir siendo atractivos para los extranjeros en un contexto internacional en el que la inversión hacia las economías emergentes en general y hacia América Latina en particular va a ser más difícil de seducir". Apuntó que para lograr esto Uruguay debe "ser más competitivo bajando las barreras a la productividad" como la regulación laboral, el peso del Estado en la economía, la calidad del capital humano y la inserción internacional.

Para Florencia Carriquiry, economista de Deloitte, en el 2017 el gobierno debe aspirar a mejorar los fundamentos de la economía: "El resultado fiscal es todavía insuficiente y Uruguay está muy caro. En ese marco, la política fiscal deberá mantener sesgo contractivo (sin espacio para una expansión adicional del gasto en la Rendición de Cuentas) para dejar lugar a una política monetaria más moderada a medida que baje la inflación, que permita buscar un dólar más alto".

Respecto al déficit de las cuentas públicas, Alejandro Cavallo de Equipos analizó que la reducción lograda este año "se obtuvo de una forma cuestionable, basada en la mejoría de las empresas públicas, lo que se logró con subas o mantenimiento de tarifas". Pese a esto, aún "no se ha alcanzado una situación holgada en el frente fiscal" y ese se mantiene como el principal desafío hacia 2017.

Acerca del panorama en los países vecinos, Cavallo cree que se debe "esperar una situación más inestable, con persistencia de los problemas fiscales, subas del tipo de cambio, eventuales dificultades políticas y escasas tasas de actividad económica". Deagosto manifestó que "los últimos datos de crecimiento de la región han sido decepcionantes y las perspectivas de un rebote significativo hacia 2017 comienzan a diluirse".

Mercedes Comas de PwC mencionó como "un elemento de incertidumbre" hacia 2017 el impacto de los cambios impositivos (aumento de las alícuotas del IRPF e IASS y cambios en el IRAE que regirán desde enero) "sobre el consumo, que es el principal componente del PIB". En el plano internacional marcó como potencialmente perjudicial para el comercio las "eventuales medidas proteccionistas de Estados Unidos".

Mientras que Antonio Elías de la Red de Economistas de Izquierda sostuvo que el desafío principal es "incrementar la demanda agregada nacional para compensar la caída de la demanda externa y reducir la enorme brecha social". Reclamó una política económica "contracíclica" que aumente la inversión en infraestructura y el gasto social, alivie la carga fiscal de los trabajadores y reduzca las exenciones al capital extranjero.

Gobierno.

La proyección oficial de crecimiento de la actividad para 2017 es de 1% y por el momento no será modificada, según adelantó el ministro de Economía, Danilo Astori. "Nosotros tenemos previsiones muy cautelosas para este año (+0,5%) y el que viene. No las hemos modificado todavía aún cuando el resultado del tercer trimestre del año fue realmente muy bueno", dijo entrevistado por La República. Sobre la realidad de la economía analizó que "hay una desaceleración de la que todavía no hemos salido, pero hay indicios de que podría estar revirtiéndose esa situación lentamente. Va a haber reversiones lentas".

Además, señaló que el objetivo a nivel inflacionario "es llegar al techo del rango (7%) en la primera parte de 2017". A su vez, Astori dijo al programa Claves Económicas de Nuevo Siglo que en diciembre el índice de precios se desacelerará por séptimo mes consecutivo y destacó como "un paso importante" culminar el año en torno al 8% "después de haber tenido un pico de 11%".

Respecto al déficit fiscal, la meta del gobierno es que se reduzca a -2,9% del PIB al cierre de 2019 según estableció en la Rendición de Cuentas.

ALINEADOS CON EL GOBIERNOM. DA SILVA / F. TISCORNIA

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