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La Ursea dio por superado el episodio de mal olor y sabor en el agua potable a consecuencia de la presencia de algas. Advierten que el hecho volverá a repetirse en todo el país y elaborarán un protocolo de actuación.

Una acumulación de algas en el río Santa Lucía provocó en el agua potable un sabor y olor mezcla de tierra y pescado. La situación inquietó a los montevideanos, a tal punto que el ministro Eleuterio Fernández Huidobro (Defensa Nacional) alertó sobre una "catástrofe" vinculada a la posibilidad de que en un futuro Montevideo se quede sin agua potable.

El director de la Unidad Reguladora de los Servicios de Energía y Agua (Ursea), Fernando Longo, dijo a El País que "en principio el problema está solucionado" y agregó que actualmente "la calidad del agua en Uruguay es buena y lo de las algas es un hecho puramente circunstancial".

Sin embargo, entiende que la situación generada por el aumento de algas (vinculada a la presencia de fertilizantes en el agro y a los efluentes de tambos) en la cuenca de Santa Lucía se volverá a repetir. "Prevemos que en todo el país se puedan dar este tipo de situaciones, pasó hace dos años en la represa de Rincón del Bonete y puede volver a ocurrir en cualquier momento", dijo Longo.

"Lo que suponemos es que con la intensificación de la producción en el futuro, no solo acá en la zona metropolitana, sino en el interior del país también, se pueden llegar a producir fenómenos parecidos. Por eso vamos a empezar a trabajar con OSE para la creación de un protocolo de actuación", explicó Longo.

En los mencionados protocolos se pretende regular la aplicación de carbón activado, técnica avalada por los organismos internacionales para la purificación del agua, y mejorar la coordinación de la información que recibe la Ursea sobre los monitoreos que realiza OSE casi a diario.

El vicepresidente de OSE, Daoiz Uriarte, coincidió que el episodio de mal olor y sabor en el agua potable se repetirá, aunque seguramente no será en los próximos días o semanas, sino en el verano de 2014.

"Esto volverá a pasar, lo sabemos, pero seguramente sea cuando se registren las condiciones muy especiales que permiten que las algas proliferen. Las algas necesitan de un nivel determinado de calor para que existan condiciones que permitan el crecimiento de las bacterias. Esto ocurrió porque hubo días de muchísimo calor a los que siguieron días de mucha lluvia. Así se generaron condiciones que, seguramente, no volverán a darse, por lo menos, hasta el próximo verano", indicó Uriarte.

Según Longo, para evitar la presencia de algas en el agua potable se deben aumentar las inspecciones que realiza el Ministerio de Ganadería a los efluentes de tambos ubicados en la zona del río Santa Lucía. El jerarca es partidario de "controlar tambo a tambo" y exigir "la responsabilidad social del tambero". En cuanto a la presencia de agrotóxicos, dijo que tienen una residualidad menos prolongada, que otros efluentes. Por lo tanto, señaló que hay otros tipos de actividades que pueden ser más contaminantes para el agua que la agricultura.

CATÁSTROFE. El director de la Ursea opinó que Uruguay tiene que estudiar una alternativa a Aguas Corrientes, lugar de toma del agua que se potabiliza para Montevideo y la zona metropolitana. Sin embargo, rechazó la posibilidad de que se produzca una "catástrofe", como advirtió el ministro Fernández Huidobro.

Longo dijo que si existió un riesgo de catástrofe "estuvo toda la vida, porque desde siempre fue la cuenca de Santa Lucía la que abasteció a Montevideo". También dijo que OSE está buscando una alternativa, pero aseguró que "no es sencillo y hay una preocupación histórica sobre el tema".

"Poner un andamiaje para una segunda alternativa es complicado. Hay que hacerlo en todo el país, porque el Uruguay no es solo Montevideo y el área metropolitana, el Uruguay es todo y si se van a tomar medidas se tiene que llegar a todo el territorio", señaló Longo.

Mientras tanto, OSE estudia la posibilidad de hacer un llamado a licitación para construir una planta dosificadora de carbón activado en Aguas Corrientes. También se evalúa la posibilidad de incorporar filtros granulados de carbón activado en la misma planta.

La construcción de una planta dosificadora puede costar hasta US$ 2 millones, pero permitirá suministrar el carbón activado en forma rápida y directa y no artesanal como se hace ahora. La colocación de los filtros implica una mayor inversión estatal.

TOXICIDAD. El pasado jueves 7, cuando se detectó la presencia de mal olor y sabor en el agua potable, la Ursea se comunicó con el Ministerio de Salud Pública para informar de la situación. "Actuamos de oficio, normalmente recibimos las denuncias después de 15 días que las mismas llegan a los organismos, esta vez lo hicimos más rápido", contó Longo.

Desde OSE se descartó que la presencia de algas pueda ser nociva para la salud. Especialistas de la Facultad de Ciencias que interpretaron los estudios de calidad del agua realizados por OSE dijeron que la especie que afectó el líquido fue la Anabaena (Dolichospermum).

La especie de algas presentes en el agua de OSE, causantes del mal olor y sabor, es "potencialmente tóxica", según los doctores en Biología de la Facultad de Ciencias, Luis Aubriot y Sylvia Bonilla. Los expertos aclararon que los niveles de toxinas registrados fueron "muy bajos" e "inocuos para la salud".

El ingeniero agrónomo Daniel Panario, de la Facultad de Ciencias de la Universidad de la República, confirmó que el fenómeno se puede repetir debido a que el Río Santa Lucía está rodeado de cultivos de soja y de otros que demandan fertilizantes, los cuales a la vez promueven la aparición de algas.

La ecuación resumida de lo afirmado por Panario señala que "nitrógeno + fósforo + calor= algas". Para el técnico, sería fundamental controlar la agricultura en la zona de la cuenca del Santa Lucía.

El diputado nacionalista Javier García cursará un pedido de informes a la Unidad Reguladora de los Servicios de Energía y Agua (Ursea) por el mal olor y sabor que se ha detectado en el agua en los últimos días.

El legislador pedirá explicaciones sobre las causas del episodio y las medidas que se deben adoptar para evitar nuevos problemas de este tipo. También se indagará acerca de los niveles de toxicidad detectados en los monitoreos realizados y su incidencia en la salud de la población. "El propio ministro (Eleuterio Fernández Huidobro) habla de la eventualidad de una catástrofe y creo que hay que tratar seriamente este tema porque la calidad del agua en Uruguay es un patrimonio nacional", señaló García.