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Después de la invasión de polillas y mariposas, y de la llegada de las chinches de cama, empezaron a crecer las poblaciones de algas, al punto que afectaron por primera vez al río Santa Lucía y al agua potable, la cual adquirió un fuerte olor a pesticida.

El pasado jueves, a raíz de una acumulación de algas en el río Santa Lucía, el agua potable que llega a los hogares se volvió "impotable", como nunca. A pesar de su mal sabor y olor, una mezcla de tierra, pescado y gamezán, las autoridades de OSE comunicaron a la población la ausencia total de riesgos sanitarios para quienes la consumieran.

La situación se extendió hasta ayer sobre todo en edificios con tanques de agua y en establecimientos públicos o privados cerrados durante el fin de semana, es decir en sitios en donde no se registró consumo.

Según indicó a El País el vicepresidente de OSE, Daoiz Uriarte, el episodio podría reiterarse, "porque se debe a una situación nueva, generada a partir del desarrollo de los agroquímicos en las plantaciones que están al norte de la planta".

El jerarca contó que la empresa está "acostumbrada" a retener las algas "en el lado de los embalses y las lagunas", y agregó que -sin embargo-hasta el momento nunca se había producido el fenómeno "en aguas fluyendo".

Uriarte afirmó que la OSE trabaja en buscar soluciones. "Estamos estudiando la modificación en algún tipo de filtro, pero eso es realmente caro", contó. De todos modos, la empresa revisará "las inversiones que sean necesarias" para ofrecer el "servicio de manera eficiente, brindando agua inodora e insípida", dijo.

ALGAS.

El ingeniero agrónomo Daniel Panario, de la Facultad de Ciencias de la Universidad de la República, confirmó a El País que el fenómeno se puede -en efecto- repetir debido a que el Río Santa Lucía está rodeado de cultivos de soja y de otros que demandan fertilizantes, los cuales a la vez promueven la aparición de algas.

La ecuación resumida de lo afirmado por Panario señala que "nitrógeno + fósforo + calor= algas". Para el técnico, sería fundamental controlar la agricultura -en general- en las proximidades de las cuencas. Panario manifestó que debería recurrirse a plantas de carbón activado en el pricipio del proceso de potabilización.

"No sé en qué etapa se halla hoy la OSE, pero el carbón activado se estaba poniendo en las cañerías, y esa no es la manera de hacerlo; cuando se limpian las cañerías, por ejemplo, el carbón también corre hasta las casas, y en realidad no debería andar por los caños; nadie se va a morir por esto, pero los niños no deberían tomar esa agua" subrayó Panario.

En cuanto a la toxicidad de las algas descubiertas en el Río Santa Lucía, y cuya identificación no fue determinada en los comunicados de OSE, Panario confesó no tener tampoco información.

Sin embargo, acotó que si se tratara de la especie anabaena, una de las que produce malos olores, las consecuencias negativas no serían de las peores a considerar.

En todos los casos, además, habría que conocer la dosis de toxicidad, que podría afectar la piel.

"La toxina es difícil de destruir; desde antes de que pasara esto, yo ya aconsejaba no tomar agua de OSE".

TOXICIDAD.

Otras fuentes de la propia Facultad de Ciencias, pero especializados en biología, aclararon a El País que no todas las microalgas producen toxinas, aun cuando pertenezcan a la misma especie.

Eso es así porque su poder tóxico, que no es otra cosa que un sistema de defensa adoptado por las poblaciones para sobrevivir, depende del crecimiento de éstas, de su genotipo, el cuerpo de agua en que se encuentren (un embalse, por ejemplo) y de otros factores.

Si bien OSE proyecta usinas potabilizadoras a partir de un sistema de carbón activado, ahora hay una sola, en Laguna Blanca, Manantiales. Mientras, la presencia de las algas se ha desarrollado en otras regiones de Uruguay, por ejemplo en Paso Severino. Y los problemas que esto genera parece que serán más recurrentes en un futuro muy próximo,; para los expertos, el factor crítico es el aumento de los fertilizantes y el hecho de que haya reservorios de agua que no se encuentran en áreas protegidas. En la medida que el carbón activado retiene compuestos disueltos, instalar un filtro en alguna canilla del hogar parece una prevención ideal.