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El pasado domingo a la noche falleció el virtuoso bajista y compositor uruguayo Beto Satragni, figura clave en varios procesos de la música popular de la región.

Sus restos fueron velados ayer en Ramos y Lepeyre, en la capital de Canelones y luego fueron enterrados en el Cementerio canario.

El swing imparable, la energía que volcaba en el escenario, la maestría interpretativa, hicieron de Satragni un nombre fundamental en el desarrollo de varios proyectos creativos en Uruguay y Argentina. Había nacido en Canelones, en 1955, y desde comienzos de los años setenta vivió en Buenos Aires, donde compartió escenarios y estudios de grabación con otros importantes artistas.

Luis Alberto Spinetta, David Lebón, Rubén Rada, Dino Salusi, León Gieco, entre otros lo contaron en las filas de sus bandas. En 1978 formó Raíces en la capital porteña, que fue la primer banda de candombe-rock de aquel país, y también un foco de gran influencia para los sonidos de fusión post Tótem, El Kinto, en nuestro país.

El disco debut de esta banda llegó ese mismo año bajo el título B.O.V.dombe: todo un manual de mixturas (rock, candombe, funk, ritmos brasileños) y tremendos arreglos. Raíces se volvió a juntar en 2007 en los estudios de Litto Nebbia, con su formación original que tuvo, en aquellos años setenta, a un joven prometedor en su primera línea: Andrés Calamaro. El Salmón también participó de esta resurrección de Raíces junto a Satragni como motor creativo, Jimmy Santos, Juan Carlos "Negro" Tordó, Raúl Campana, Alberto Bengolea, y como invitados estaban Litto Nebbia y Randy Brecker.

El resultado de este reencuentro histórico fue el disco Raíces: 30 años, editado en nuestro país por Ayuí, y que muestra a los veteranos músicos en un estado de salud musical notable e inspirador.