MATÍAS CASTRO

Entre Shakira y Gaby Álvarez, la península se vio sacudida por la farándula a lo largo de toda la semana. En realidad, todo Uruguay habló de estos temas, y en el exterior los medios se refirieron a lo que ocurría en Uruguay: una tragedia y una posible buena noticia.

Fueron dos claras señales de que Uruguay podría abandonar su perfil bajo, tan característico. Después de años de negarlo, una idea se ha impuesto: las celebridades son un tema verdaderamente importante. Medios de prensa de cualquier tono y color dedican sendos espacios a los famosos y sus devaneos. Cada vez más gente sigue sus desventuras y cada vez menos se repite aquello de que "todos critican a Jorge Rial pero todos lo miran". Ahora ya no hay por qué ocultar que se mira Intrusos en el espectáculo o Los profesionales. Saber en qué está hoy la pelea entre Evangelina Anderson y Wanda Nara es importante porque es entretenido. Las dos son lindas y dicen disparates de los cuales es mejor reírse, por eso todos hablan de ellas y de las decenas de otras celebridades que a diario salen en televisión diciendo lo primero que les viene a la cabeza.

Que Punta del Este haya sido este fin de semana el escenario para las dos historias más importantes y comentadas que la farándula rioplatense ha vivido en el último mes no es un dato menor. Uruguay no estaba acostumbrado a estas cosas, ahora parece que las cosas cambian y anuncian nuevos tiempos.

Las estrellas solían venir a Uruguay por la tranquilidad que se respira acá y porque no hay prensa que los acose ni fanáticos que no los dejen comer en un restaurante. Desde hace un tiempo eso ya no ocurre. Tarde o temprano, sus visitas iban a traer más atención mediática y también a producir noticias como las que se vieron esta semana. Y todavía falta terminar el verano.